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Líderes en formación de líderes desde 1992

Después del día de la elección, aquí en México, se me ha llenado el Facebook de cantidad de mensajes en los que algunos conocidos –que ahora me doy cuenta que son poco conocidos- me envían videos, fotos, etc. En los que pretenden hacerme ver que los comicios fueron sucios.

La verdad es que he tenido tiempo para analizar algunos de estos envíos y no termino de ver lo que pretenden que vea.

Lo que sí he visto ha sido una falta de objetividad enorme. Esto me ha hecho reflexionar sobre el término de los “tontos útiles” que es una masa informe de personas que se aferran a querer ver cosas que les hacen que vean personas ajenas a ellos.

No dudo de que haya buena intención en muchos de ellos, pero hay poca objetividad.

Hubo un experimento, que lo puedes realizar en cualquier momento con algunos amigos, que consistía en lo siguiente: los amigos puestos de acuerdo, comienzan a mirar y señalar hacia el cielo como si estuvieran viendo algo, hacen comentarios en voz alta y poco a poco habrá más personas que afirman ver el objeto que les están señalando y no mucho después, cada uno de ellos le irá poniendo inocentemente más y más características al objeto inexistente.

Estos tontos útiles, jamás aceptarán que están siendo manipulados, sentirán que se han añadido a una causa por libre voluntad. Si pretendes hacerles ver el error, serás insultado, vejado, señalado.

Es un hecho que hay agitadores profesionales que son especialistas en arengar y mover masas y los vimos en la campaña con todos los candidatos. Ahora se dan también los agitadores profesionales de redes sociales y lo hacen muy bien.

Al decir profesionales, quiere decir que están realizando un trabajo remunerado y hacen bien su labor. El problema son las personas que los siguen y que abandonan la realidad y no se dan cuenta de que están siendo usados para fines de otros.

Los tontos útiles creerán a pie juntillas, todo aquello que les muestren para confirmar lo que han afirmado sin previo análisis.

Los agitadores profesionales se encargarán de brindar información, corroborada o no, que alimente a sus tontos útiles.

Hay dos máximas que se utilizan y que fácilmente quedamos envueltos en ellas: “calumnia que algo queda” y “que el acusado lleve la carga de la prueba”.

La primera está en su forma original consiste en afirmar algo que no es verdad y luego querer corregir; el asunto está en que al tratar de rectificar habrá gente que se quede con lo afirmado. El daño está hecho.

La segunda, cuyo verdadero sentido es “el que acusa lleva la carga de la prueba”, es decir o afirmar algo negativo de una empresa o persona y que sea el imputado el que deba defenderse: “te robaste una casilla” demuéstrame que no es cierto.

Con estas dos premisas se va manipulando poco a poco  los tontos útiles, que alimentados con este tipo de falacias y bien manejados, harán mucho ruido.

El tonto útil se defiende atacando con insultos, con argumentos contra la persona, con vejaciones. Difícilmente se podrán discutir hechos e ideas. ¿Cuántos conoces?

Todo esto de la manipulación está basado en una afirmación  que dice  “al común de la gente le da pereza razonar” es feo escribirlo, pero tiene algo de razón…

 

José Luis Castañeda Lerma

 

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