En la novela de Tartarín de Tarascón, nos narran sobre este personaje que era ávido de grandes aventuras y que para demostrar su valentía se salía a cazar leones… ¡en los pasillos de su departamento en París!
En lo personal esta parte de la novela, me recuerda a esas personas que afirman que tienen un gran temple y que si no lo han demostrado es porque no se les ha presentado la oportunidad. Afirman que el día que se presente algo heroico, seguramente demostrarán su arrojo y valor.
Hay pocas ocasiones en la vida de que se nos presente algo extraordinario, algo donde podamos salir como héroes. Muy probablemente, de presentarse, terminaríamos por hacer nada.
Posiblemente como el personaje de la novela busquemos leones donde no los hay, pero seguramente habrá otro tipo de “leoncitos” que requieren más bravura que el mismísimo rey de la selva.
A continuación te presento algunos "leones" con los que sí te topas y que requieren tanto o más valor que una “cacería mayor”
• Terminar bien el trabajo
• Sacar esos pendientes que se acumulan
• Atender con paciencia y cuidado a las personas que no nos son tan afines
• Cuidar el deber de cada momento
• Priorizar de acuerdo a fines y no gustos
• Cuidar que cada cosa que se usa vuelva a su sitio
• Puntualidad en todo
• Saber escuchar
• Enojarse con el error y no con la persona
• Poner atención y escuchar a los hijos y cónyuge
• Ayudar en las tareas del hogar a pesar de que se esté cansad@
• Terminar el libro que comenzaste
• Arreglar esos desperfectos minúsculos que hay en casa
• Saber ceder en nuestras preferencias personales
• Cumplir con lo que se promete
• Dejar el cuarto de aseo arreglado
En fin, puedes añadir muchísimos más “leones”, cada quien de acuerdo a sus circunstancias.
Al poner los ejemplos anteriores, si tomamos uno por uno encontraremos que requieren valentía; posiblemente nadie notará nuestro “heroísmo” de ir venciendo, cumpliendo, realizando cada cosa que se tiene pendiente
Cuando, excepcionalmente, se nos presenten grandes cosas, estaremos preparados porque nos estamos templando en estas “nimiedades” que son las que entretejen cada jornada.
Los leones, hay que ir por lo menos a África para cazarlos, nuestros leoncitos están en nuestro escritorio, en nuestro hogar, en nuestro lugar de trabajo, esperando de nuestra valentía para terminarlos.
¿Cuáles son tus leones?
José Luís Castañeda Lerma
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