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Líderes en formación de líderes desde 1992

El ejercicio de la autoridad requiere del cumplimiento de ciertas condiciones como las siguientes:

 • Establecer previamente las reglas del juego con el hijo adolescente y hacerle ver que el incumplimiento de dichas normas tendrá una consecuencia. Estas normas deben ser aceptadas por padres e hijos y exigibles a todos.

 • Papá y mamá deben estar de acuerdo previamente en lo que se le exige al adolescente, de lo contrario el chico aprovechará estos desacuerdos para desafiar la autoridad de sus padres.

 • No separar comprensión y exigencia. No es difícil observar en algunas familias con adolescentes que toda la comprensión está en los padres y toda la exigencia está en los hijos.

 • Ser sobrios en el ejercicio de la autoridad. Hay muchos problemas que pueden resolverse mediante otros tipos de influencia.

• Poner a prueba la propia imaginación para encontrar situaciones de participación para los hijos.

• Saber resistir frente a dificultades y frustraciones.

• No desanimarse nunca, pase lo que pase. La autoridad se puede perder y se puede recuperar. Hay que ser perseverantes.

• En una discusión destacar siempre lo positivo en primer lugar.

• Como padres, tener la paciencia de aclarar muchas veces algunas ideas de base, para que el chico entienda la razón de nuestras afirmaciones.

• El ejercicio de la autoridad se logra en un clima de confianza que no excluye actos de energía de enfado. Debe ser una exigencia serena. Sin rechazos y sin comentarios mientras el hijo trata de exponer su punto de vista y sin dejar de aclarar después.

No es aconsejable entrar en la dinámica de rivalidad y testarudez ya que, además de reforzar esta actitud, no se consiguen buenos resultados. Esta postura provoca enfrentamientos, estados de irritabilidad y agresividad entre los miembros de la familia, y puede dificultar la convivencia familiar.

Características peculiares en la adolescencia

• Los padres dejan de ser el punto de referencia para pasar a ser el grupo de amigos.

• Se acrecienta es el sentido de la intimidad. El adolescente descubre su interioridad y la protege. Por eso es frecuente que comience a encerrarse en su habitación y deje de comunicar lo que piensa y hace. Se puede volver hermético en la relación con sus padres y contestar con monosílabos cuando se considera interrogado. Cuando piensa que se le está pidiendo una información que vulnera su intimidad o la de sus amigos tiende a contestar con evasivas o a rechazar la conversación.

• No está contento con su cuerpo. Esto puede dar lugar a complejos, y, en casos extremos, a la anorexia o a la bulimia. Es necesario explicarle que esto que le pasa es normal y que el cuerpo encontrará su propio equilibrio en el desarrollo.

¿Cómo reaccionar ante estas condiciones? Las actitudes de continua crítica, rebeldía y oposición que se presentan en la adolescencia deben ser consideradas como normales, propias de la etapa evolutiva que se está atravesando. El sentido del humor y la ausencia de susceptibilidad son valiosas armas para soportar los continuos ataques y retos que a los jóvenes tanto les gustan. A medida que el joven se hace mayor, se encuentra más seguro, accesible y tolerante, lo que facilitará las relaciones familiares.

 

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