logoP31

Líderes en formación de líderes desde 1992

Lo has oído ciento de veces. Cuando surgen los problemas está ahí. Hay quienes piensan que es algo que se puede materializar. Es una respuesta típica que supuestamente resuelve todo… o casi.

“Es falta de comunicación” así sin más. Como si se pudiera ir a alguna tienda y decir: Me falta buena comunicación, ¿me puede vender un poco? O bien: “El problema es de comunicación” “¡Oh sí y ¿a quien le toca resolverlo?”

Los especialistas en el tema nos dicen que básicamente debe haber un emisor y un receptor, quedémonos con esto para el análisis.

Emisor: el que emite (ideas, palabras, órdenes etc.) ¿Te has puesto a pensar que cuando emitimos cualquier cosas lo hacemos con todo nuestro ser? ¿Que en ocasiones no es tan importante lo que se dice, sino la manera de emitirlo (cuerpo, tono de voz etc.)? ¿Qué hay otras veces que nuestra imagen (cuerpo) dice más que mil palabras? Y quizá lo más común: ¡todos queremos realizar la función de emisor!

Usamos frases como: ¡yo ya dije! ¡Deja explicarme! ¡Solo tu quieres hablar! ¡Déjame terminar! ¡Es que no me entiendes!

Normalmente los papás y los jefes tomamos la función de emisor la mayoría de las veces. Afirman que las mujeres lo toman con más frecuencia que los hombres.

Pero, ¿si no hay receptor o algo que haga sus veces? se convierte en soliloquio o monólogo ¡así que chiste! Normalmente se requiere un receptor.

El receptor recibe, valga la redundancia. Y una de las cualidades fundamentales cuando se juega este rol es la escucha activa. Si no se sabe escuchar se pierde la capacidad de comunicar. En esto estriba el verdadero problema de la comunicación, ¡nos cuesta escuchar! ¡Nos fascina ser el que habla!

La Comunicación Efectiva sucede solamente cuando el mensaje queda claro, cuando realmente lo que se quiere decir se hace común. Esto es: cuando se da en los dos sentidos.

Dentro de las habilidades de liderazgo la comunicación es una de las más exigidas. Es verdad que muchos problemas surgen cuando la comunicación no alcanza su objetivo, en algunos momentos son más graves que en otros. Matrimonios que rompen debido a esto. Productividad que no se consigue por malos entendidos; desperdicios en la empresa por ordenes mal dadas. ¡En fin!

¡Lo bueno de todo es que esta habilidad se puede aprender! pero lo primero que debemos reconocer es que tenemos fallas en esta y que solemos culpar a los demás de nuestra propia carencia de saber comunicarnos.

¿Comunico las cosas en los momentos oportunos y en todo adecuado? ¿Suelen ser mis mensajes poco concretos , confusos o contradictorios? ¿Escucho los argumentos de los demás o los interpreto según mi propio punto de vista? ¿Tengo la sensibilidad suficiente para interpretar los problemas de los demás? ¿Suelo estar pensando en otras cosas cuando habla mi interlocutor?
 

José Luis Castañeda Lerma

###BLANK###

 

BannerPROMO