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Líderes en formación de líderes desde 1992

Narran las crónicas que en 1994 se celebró una competición de remo entre dos equipos, uno compuesto por trabajadores de una empresa local y el otro por sus colegas de una similar de la Polinesia.

Apenas fue dada la orden de partida, los remeros polinesios empezaron a destacarse. Llegaron a la meta rápidamente. El equipo local llegó una hora después.

De regreso a nuestro país, la Dirección se reunió para analizar las causas del desconcertante e imprevisto resultado. Se llegó a la siguiente conclusión:

"En el equipo polinesio había un jefe de equipo y diez remeros, mientras que en el equipo local había un remero y diez jefes de equipo".

Se decidió entonces adoptar las medidas pertinentes para el año siguiente.

En 2000, apenas producida la largada, desde la primera remada, el equipo polinesio volvió a adelantarse. El equipo local llegó esta vez dos horas después.

La Dirección volvió a reunirse tras el nuevo revés. Una vez estudiados los hechos, comprobó que:

"En el equipo polinesio había un jefe de equipo y diez remeros, mientras que, en el local, tras el intenso estudio realizado el año anterior, estaba compuesto por un jefe de equipo, dos asesores de gerencia, siete jefes de sección y un remero".

De forma que, tras un minucioso análisis, se llegó a una conclusión unánime: el remero es un incompetente.

En 2001, el equipo polinesio escapó de salida. La tripulación local, cuya integración había sido esta vez encomendada al Departamento de Nuevas Tecnologías, llegó tres horas más tarde.

Con la intención de tomar el toro por los cuernos, se llevó a cabo una reunión en el salón VIP del cuarto piso, esta vez con todo el staff con presencia obligatoria y se concluyó que:

"Posiblemente para desconcertar, esta vez el equipo polinesio optó por la formación tradicional de un jefe de equipo y diez remeros. El equipo local, que había sido conformado según el informe final de una afamada consultora estratégica, con sede central en Nueva York, prefirió una formación vanguardista, integrada por un jefe de equipo, dos auditores de la mencionada consultora, un asesor empowerment, un asesor en downsizing, un asesor en calidad total y cuatro controllers administrativos que no quitaban el ojo al único remero a quién ya habían amonestado y castigado quitándole todos los pluses e incentivos por el fracaso del año anterior".

Tras varios días de reuniones en un famoso centro de negocios, se concluyó que debía recurrirse a la contratación de un nuevo remero, pero a través de un contrato de outsourcing a los efectos de no tener que lidiar con el sindicato y no estar atado a convenios laborales que promueven la eficiencia y degradan la productividad.

 

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