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Líderes en formación de líderes desde 1992

Parece que no, pero es verdad que en ocasiones se encuentre cierta crisis de identidad en las funciones de las personas que hacen cabeza dentro de las empresas. Y no nos referimos a búsqueda de identidad personal sino a la que se genera cuando no se sabe cuál es la médula de las funciones directivas.

Te has preguntado ¿cuál es la esencia de dirección, gerencia o supervisión? A veces por un activismo un tanto violento, descubrimos que posiblemente no se esté haciendo lo que se tiene que hacer, a pesar de que se haga mucho ruido con la cantidad de actividades que se realizan.

Sin embargo, en cualquier buen libro de teoría de la empresa nos encontramos que la función que le da forma a las actividades directivas es solamente una: servir. A veces se piensa que hablar del servicio es algo un tanto romántico y pasado de moda, pero profundizando un poco sabemos que es la esencia de estas funciones.

Recuerdo con mucha viveza, que en cierta ocasión estábamos en una empresa llevando una junta de reorganización, colaborábamos prácticamente todos los gerentes para hacer la propuesta al director, que recién se estrenaba en sus funciones. En el pizarrón de la sala teníamos una cartulina donde estaba dibujado el organigrama de la compañía y en amarillo los cambios que pretendíamos hacerle.

En cierto momento vimos que el nuevo director general, se asomó por la puerta y observó nuestra carta organizacional. Se acercó a la cartulina diciendo: esta pirámide nos ayudará a ubicar lo que quiero de la empresa: me han puesto en el vértice de la pirámide y ustedes en el segundo nivel, bien de acuerdo, esa es la forma clásica de ver las cosas. Y como se puede observar mi puesto se apoya en todos los demás. Se deduce entonces que conforme a la terminología clásica, están todos a mi cargo.

Tomó la cartulina y la invirtió y dijo: si vemos el organigrama desde este nuevo punto de vista las cosas cambian un poco. Ahora yo estoy en el fondo de la pirámide y para que esta mantenga el equilibrio lo que me resta es apoyarlos a todos. Sus puestos ahora se convierten en el segundo nivel de apoyo y de verdad que hay que hacer equilibrios para que la pirámide se sostenga. Pero este dibujo invertido nos da la función que debemos tener a partir de ahora: lo nuestro es apoyar a todas las áreas, lo nuestro es servirlas. Bajo esta perspectiva quien no tenga a quien servir no sirve.

Nos quedamos observando la pirámide invertida y comenzamos a sacar una serie de conclusiones bajo esa nueva perspectiva.

En los tratados clásicos, dirección o gerencia se suele definir como “hacer que las cosas sucedan a través de los demás”, es quizá, una manera sencilla de decir las cosas, pero que encierra verdaderamente la esencia de la gerencia o dirección y que está íntimamente relacionado con el servicio como se verá a continuación.

Hacer que las cosas sucedan a través de los demás, convierte a las personas que hacen cabeza en motores de la empresa. Se necesita una capacidad alta de observación para detectar que es lo que requieren las personas a las que apoyamos para que tengan todo de tal manera que puedan realizar bien su trabajo.


Nos convertimos en   facilitadores no solo de maquinarias y herramientas, sino que les debemos de proporcionar absolutamente todo lo que necesitan para que las cosas sucedan a través de ellos. También debemos de reconocer que requieren, entrenamiento, asesoría, ambiente físico y psicológico para que realicen su trabajo adecuadamente. Brindar nuevos horizontes para que se desarrollen como personas y un sin fin de cosas que dependen de las personas que hacemos cabeza. Todo esto que debemos ofrecer a las personas que colaboran con nosotros se convierte en una especie de “servicio en acción”.


No tenemos a nuestro grupo para que nos sirvan, lo tenemos para conseguir los objetivos de la empresa por lo que se convierte en necesidad el que nos comportemos como detectores y satisfactores de las carencias que tengan para que hagan adecuadamente lo que tienen que hacer.

La función se convierte entonces en un verdadero “estar al pendiente de los demás” que es el inicio de la virtud del servicio.

Hay que recordar que el servicio nos saca de nosotros mismos y eso trae grandes ventajas para el que lo brinda, quizá por eso Víctor Frankl afirmaba que “la puerta de la felicidad se abre hacia fuera”, entre más se quiere abrir hacia adentro –hacia uno mismo‐ más se cierra.

El servicio genera liderazgo. ¿Recuerdas a las personas que alguna vez te han ayudado a resolver algún tipo de carencia? –Ante mi respuesta afirmativa continuó‐, son personas a las que le has quedado de alguna manera agradecido, y que estarías dispuesto a ayudar si te lo requirieran. Igual pasa con los jefes que sirven en las empresas, el resolver carencias genera influencia, en pocas palabras liderazgo.

En esta conversación, poco tuve que decir, se ve que a Arturo lo del servicio le apasiona, al final me escribió en una hojita algo muy sencillo y de doble sentido: “Sirves o no sirves”

Extrato del libro "Fundamentos para un liderazgo eficaz"

 

José Luis Castañeda Lerma

 

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