Auto Ayuda https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda Fri, 25 Apr 2025 11:42:42 -0700 es-es Aplicarse al trabajo https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/110-aplicarse-al-trabajo https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/110-aplicarse-al-trabajo

Una persona laboriosa se distingue por su aplicación al trabajo. Porque pone sus cinco sentidos en lo que está haciendo. Porque sabe llegar, a esos detalles que hacen de su labor una verdadera obra de arte.

Aplicarse en el trabajo significa también:

• Concentración en lo que se hace.

Hay ocasiones que nosotros mismos ponemos distracciones pasivas en nuestro lugar de trabajo: Fotos familiares; regalitos que nos han hecho; el dibujo de nuestro hijo de Kinder; quizá un flor marchita que nos recuerda a alguien; Un salva pantalla con la fotografía de algun momento inolvidable; notitas en papel pegadas, etc.

Todo lo anterior hace que en un momento dado nos funcione la imaginación y nos traslade o distraiga, hacia eso que nos llama la atención. Se hace del lugar de trabajo una especie de prolongación del hogar. No quiere decir que todo esto en el fondo, deje de tener cierta función motivante, pero mientras se trabaja son distractores. Hay que tenerlos, sí pero lejos de nuestra periferia visual.

Los que saben de administración del tiempo nos recuerdan que en el escritorio solo debe haber lo que se necesita para lo que se está haciendo en ese momento y … nada más.

Tener cuidado y saber exigirse con el uso del Internet. Es una herramienta necesaria en nuestros días al igual que el correo electrónico, pero es uno de los instrumentos que más nos pueden hacer perder tiempo si no tenemos cuidado en su utilización. Es importante que nos pongamos horario para su uso. A lo mejor quince minutos antes de salir. Posiblemente tres momentos distintos para el uso del correo electrónico. Tener una finalidad al abrir Internet, etc.

• Cuidar los detalles: sin escrúpulos y sin retraso

En años anteriores se usaba mucho la frase “ahí se va”. Decían que era una manera de actuar de los mexicanos. No se si se puede generalizar o no, pero haciendo un poco de examen de conciencia, debo afirmar que el autor lo hizo en alguna ocasión, por prisa, por descuido o por lo que sea.

Cuidar los detalles en el trabajo significa hacer las cosas bien desde la primera vez. Conocemos los estándares de calidad de nuestro trabajo, y hay que cumplirlos. Si se diera el caso de desconocimiento de esos estándares, habría que preguntar. Hay que hacer las cosas correctamente –eficiencia- hasta sus últimos detalles.

Ningún autor de una obra de arte, deja sin firmar sus obras, está tan convencido que exige reconocimiento. Quizá nosotros, en muchas ocasiones no podremos firmar nuestro trabajo, pero debe estar tan bien hecho que se pueda reconocer de quien es.

• Terminar lo que se empieza, a tiempo

¡Cuántas cosas novedosas salen a lo largo del día en nuestro trabajo! Nos entusiasman, pero ¿cuántas cosas están en nuestro escritorio sin terminar?

En ocasiones nos convertimos en hombres y mujeres del mañana…¡mañana lo hago, lo termino, lo continúo etc!

Vamos a suponer -a manera de ejemplo- que diariamente tengo tres tareas que realizar. Dejo una para mañana, entonces, al día siguiente tendré cuatro cosas por hacer, lo más seguro es que se vayan acumulando tareas.

En ocasiones la mentira más grande que nos damos es “lo haré más tarde”. Aplazar las cosas se puede convertir en hábito. Valdrá la pena preguntarnos ¡cuántas cosas tenemos comenzadas sin terminar alrededor nuestro!

Con ese famoso “más tarde” se van posponiendo cosas de manera indefinida, Sabemos perfectamente que la mayoría de las veces “más tarde” es una gran mentira que nos adormece y que nos justifica ante nosotros mismos.

Cuando tenemos que hacer algo “ahora” hay que hacerlo “ahora”. Si no se puede hacerlo en el momento tenemos que decidir entre: No hacerlo definitivamente o Decidir y exigirnos “cuando” se hará, con fecha y todo. Muchos estamos en nuestros “más tarde” ahora. Las cosas que dejamos para después regresan y en ocasiones las ponemos nuevamente en el continuo más tarde.

Me acuerdo de aquel autor que nos pregunta “¿Hago mi trabajo, hoy, ahora, o me engaño con retrasos que equivalen a no cumplirlo?

• Cuidar el orden alrededor de uno mismo

La virtud del orden requiere un tratamiento largo y profundo. Está muy correlacionada, sin embargo, con la laboriosidad.

Tiene que ver con una pregunta que brinda eficacia –hacer lo correcto- Esto que estoy haciendo ahora, ¿es lo que tengo que hacer o es lo que me gusta hacer y puede, debe, esperar?

La mejor manera de contestarnos es saber la finalidad con la que estoy haciendo lo que hago. Me explico: cada día al hacer nuestra lista de cosas por hacer, cada una de esas cosas que aparecen en ella deben estar enfocadas a un objetivo, a una meta de este día. Si lo que hago me acerca a ese objetivo o meta, estoy haciendo lo correcto. Si por el contrario me retrasa o me aleja, aunque sea atractivo, se debe dejar de hacer.

Lo anterior se relaciona con el famoso principio “paga ahora y juega después” porque si lo invertimos, “juega ahora y paga después”… es muy probable que no queramos pagar.

Hay cosas en el trabajo que requieren mucho de nosotros, que nos da un poco de pereza el hacerlas, solemos llamarlas obligaciones. Por otro lado hay cosas del mismo trabajo que nos gusta hacerlas, pero que, quizá si les dedicamos tiempo, es probable que al final nos demos cuenta que les faltó peso específico.

A ciertas personas nos funciona el hacer primero lo que más cuesta y que se tiene que hacer (“paga ahora”) y después con la tranquilidad del deber cumplido hacer lo que nos gusta (“juega después”). En esto hay orden, primero lo primero.

Hemos hablado del orden como priorización, pero no lo es todo. También debemos recordar los dos refranes siguientes “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar” y el otro que hay que pensarlo un poco más “Cuida el orden que el orden te cuidará a ti”

Profundizar en ambos, se sale un tanto de lo que estamos viendo. Sin embargo hay que recordar el sistema de las cinco eses que nos han “redescubierto” los orientales. ¡Ayuda y mucho!

• Tener un objetivo diario de lo que se va a realizar

Aunque ya lo platicamos un poco anteriormente, tenemos que formarnos el hábito de descubrir, desde el comienzo de nuestra labor diaria, cual es el objetivo que debemos cumplir al final del día.

Por ejemplo, el autor, el día de hoy se propone terminar tres páginas más de este escrito. Entre las listas de cosas por hacer aparecerá: ordenar mis notas que tengo en la Palm, Buscar las referencias que me ayudarán en mi escrito. Abrir la página de la Real Academia y tener cuidado de no meterme a “navegar”. Al final del día revisaré cuánto escribí, si son tres o más páginas ¡cumplí con mi objetivo de escritura!

La “lista de cosas por hacer” deberá estar escrita, de la manera que a cada uno le acomode, pero escrita. Esto deja evidencia de lo hecho y de lo pendiente. Nos anima y nos pone en la realidad de nuestros objetivos. No he experimentado peor cosa, que el esperar a ver “que nos trae” el día y estar a merced de mis propios caprichos.

Podríamos seguir enumerando situaciones relacionadas con la laboriosidad, se salen de este escrito.

• Aprovechar el tiempo

• Saber escuchar

• Saber sortear las contrariedades de la jornada

• Aprender a ser flexible con las ideas y actividades propias y ajenas

• Exigencia personal en lo que se hace

• Actitud de servicio con los colaboradores

• Aprender a descansar

Todas estas ayudan a nuestra madurez, a nuestro crecimiento interior. Forjan nuestro prestigio profesional, nuestro auténtico liderazgo y todas y aún más las desarrollamos en nuestro trabajo.

Cuando se afirma que el trabajo dignifica quiere decir que nos hace más personas, que nos desarrolla, que nos conduce a la verdadera finalidad del ser humano: su madurez. Por eso podemos decir también que no hay trabajos inferiores y superiores, puesto que todo tipo de trabajo, honesto, es dignificante quienes lo hacemos indigno somos las personas.

José Luís Castañeda

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Sun, 29 Apr 2012 05:14:18 -0700
Arrastrar el pasado https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/111-arrastrar-el-pasado https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/111-arrastrar-el-pasado

Hay un ejercicio que se hace en uno de nuestros cursos que es significativo. Se hacen una serie de preguntas y quienes cumplan con el requisito se van poniendo de pie. Es una manera de hacer una presentación colectiva y cumple con su objetivo.

Por ejemplo, una pregunta es ¿has disparado una arma que no sea rifle de feria? Quienes lo han hecho se ponen de pie, esto permite que el instructor pueda hacer preguntas individuales, en cierta ocasión a esta pregunta una mujer de treinta años nos informó que había disparado un “cuerno de chivo” en la ¡guerra de Angola!

Otra de las preguntas que se hacen es ¿tienes un secreto que nadie conoce?. Las primeras veces que la hicimos, yo suponía que pocas personas se pondrían de pie, pero no fue así. En la actualidad llevamos un récord que nos dice que alrededor del 80% de las personas tienen su secreto que a nadie le han contado. Por supuesto que a las personas que cumplen con esta característica, jamás se les pregunta nada referente a sus secretos.

Lo secretos están en el pasado, en un pasado que en ocasiones no terminamos por aceptar; vale la pena recordar que lo que somos es el resultado de lo que hemos vivido, bueno o malo, agradable o desagradable, bonito o feo. Si a lo que soy le pudiera quitar lo que he vivido ¡sería otra persona!

Una habitación encerrada lo primero que se hace es ventilarla; el agua que se encharca deja de ser cristalina, se pudre, requiere salidas. De igual manera sucede cuando de alguna manera no aceptamos cosas desagradables o vergonzosas que nos han sucedido. Le echamos tierra y después no encontramos explicación a conductas que se van dando posteriormente.

De ese pasado se arrastran, por ejemplo, los resentimientos, los agravios, los “me las debes”, que solamente nos dañan a nosotros mismos. Se nos olvida que el pasado ya pasó y que lo que nos queda únicamente es construir en este momento lo que queremos para el futuro.

Arrastrar situaciones del pasado es llevar peso muerto. No se trata de despreciarlo sino de ubicarlo donde debe estar: en la historia. Hay que amarlo, por duro que haya sido, hay que entender que son páginas poco gloriosas pero que forman parte de nuestra biografía. Si a un libro le arrancamos hojas es probable que no se le entienda lo que nos quiere decir. Si a nuestra historia le arrancamos esos episodios, se convierte en una gran dificultad el que nos entiendan.

¡Queremos mantener una imagen que no concuerda con la realidad! Esto va en contra de la autenticidad, de la sencillez, ¡dejamos de ser lo que somos por aparentar lo que queremos ser! ¡Qué difícil y que cansado!

Pretender borrar nuestros orígenes o lo vivido, nos lleva a la inestabilidad emocional.

Afortunadamente tenemos vida y con ella tenemos futuro, páginas en blanco en nuestra biografía, para escribir historias heroicas, ejemplares, de trascendencia. Mirar al pasado es caminar de espaldas al futuro. Lo tuyo y lo mío es construir o reconstruir, en este presente tan efímero, lo que queremos.

Si nos humillaron, nos vejaron, nos insultaron, nos trataron con injusticia, no nos valoraron adecuadamente: ¡eso ya es pasado! Hacer como me dice un amigo cuando algo sale mal ¿Qué sigue?

José Luis Castañeda Lerma

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Sun, 29 Apr 2012 05:15:42 -0700
Carta especial (Navidad) https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/204-carta-especial-navidad https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/204-carta-especial-navidad

Carta del Niño Dios

No tienes idea la ilusión que me hace esta temporada; como verdadero hombre, me gusta al igual que a tí celebrar mi cumpleaños y también ¡como no! recibir regalos.

Desde hace mucho, muchísimo tiempo, se acostumbra que la alegría de mi nacimiento se acompañe de regalos y fiesta. Sin embargo se ha desbordado un poco y se pierde el sentido del festejo.

Por una parte me gusta que se festeje de esta manera, porque se despierta la generosidad en muchas almas, es época que se piense en los demás para hacerles algún regalo o quizá enviarles algún buen deseo por medio de alguna tarjeta.

Me han dicho que me he vuelto “políticamente incorrecto” y que las fiestas se dan sin recordarme. Que ahora se desean felices fiestas porque el desear “Feliz Navidad” y recordar lo que se festeja, puede incomodar a más de alguno. Debo reconocer que siempre he sido incómodo.

Me dicen que se han sustituido los divertidos “villancicos” que contaban historias sobre mí, por canciones que cantan a la nieve, a los trineos, a Santa Claus etc., que, por cierto, nada tienen que ver conmigo. No tienes idea lo que me gustaba que se cantara las meteduras de pata de mi papá aquí en la tierra, San José, al cambiarme los pañales, o la de aquel niño que con su tambor no encontraba que regalarme…

Los recuerdos y ocurrencias que tenían los niños para representar la ciudad en que nací, el acomodar borregos y pastores; ríos de papel de estaño, montañas de heno y musgo…toda esa creatividad, se ha cambiado por árboles con esferas y lucecitas, trineos con renos y “Santa Claus”.

Parece que en esta época del Facebook e Internet me he quedado obsoleto. Pero a pesar de eso, estoy siempre al lado tuyo. No hay videos, en los que puedas verme, colgados en “YouTube”; ni siquiera tengo correo electrónico…porque para dirigirte a mí no los necesitas, aunque debo decirte que si tuviera cuenta de correo…posiblemente tampoco me escribirías.

Me di cuenta que en “Wikipedia” hay todo un artículo sobre la controversia del uso de la palabra “Christmas” y algunos dicen que es una palabra que va contra la primera enmienda de la constitución. ¡Sí que me he vuelto Signo de Contradicción!

Sobre la fecha del festejo, se discute que si es el 25 de diciembre o no, por aquello de los cambios en el calendario etc. Pero eso es lo menos importante, lo que merece la pena es acordarse.

Yo lo que quiero es que me contemples como ese Niño-Dios, que aparece desvalido deseando un poco del calor de tu corazón por lo menos una vez al año. Que, por lo menos en esta temporada, mires el Amor tan grande que tengo por ti, que al hacerme hombre me hago más asequible a ti.

Que contemples, en medio de esas fiestas tan familiares, que el festejado soy yo y que por un momento te des cuenta todas las que he pasado por amarte tanto.

Que me contemples en el portal recién nacido, con una pobreza extrema esperando ese abrazo de cumpleaños que espero de ti. Que a pesar de todo lo que has vivido estoy cercano a tu corazón esperando un poco de correspondencia, algo que me diga que ha valido la pena.

Y después, la fiesta, el karaoke, la comida, el baile, los regalos, los abrazos…etc. ¡Cántame un villancico! ¡Me gustan! Y aunque el festejado soy yo, estoy dispuesto a regalarte lo que sea conveniente… ¡Si hasta la vida vine a dar por ti!

Pon un “nacimiento” o “Belén” y vente a platicar un rato conmigo, que aunque estoy en todas partes, estas representaciones ayudan.

Con todo mi cariño:

Jesús, recién nacido

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Tue, 01 May 2012 17:49:48 -0700
Codigo da Vinci y Objetividad https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/119-codigo-da-vinci-y-objetividad https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/119-codigo-da-vinci-y-objetividad

Hace poco más de un año, recibí de regalo el libro “Da Vinci Code” autografiado por Dan Brown. Comencé a leerlo y me metí de lleno en las aventuras y misterios de una novela de ficción. Conforme iba avanzando, me iba sorprendiendo por la ligereza con la que trataba ciertas instituciones reconocidas y sólidas. Al terminarlo, quedó en mi memoria como una novela de intriga más, sin mayor trascendencia.

Poco tiempo después me di cuenta que aquello que para mi no había tenido mayor importancia o trascendencia, se convertiría en un polémico best seller al que se le dedicaba inclusive un par de programas en México a nivel nacional.

Pronto algunos de nuestros alumnos en algunos cursos, me preguntaban si lo había leído y cual era mi opinión. Debo reconocer que la propuesta del autor de decir que Jesucristo tuvo hijos con María Magdalena, afectaba las creencias de algunos. Creencias que por otra parte eran poco sólidas.

Hace poco salió la película de Narnia. En ella salen, faunos, centauros, hadas, castores que hablan y un ropero que nos transporta a este mundo de fantasía. Está basada en un libro de C.S. Lewis del mismo nombre.

Algunas personas piensan que lo que dice Brown en su Código debe ser cierto porque está en un libro. Bajo este criterio, deberían existir las hadas, los centauros, los faunos, porque también aparecen en un libro. ¡Por favor!

La objetividad, como práctica, nos lleva al discernimiento de la realidad. No de mi realidad o de la tuya, simplemente de la realidad. Esto hace que pongamos la ficción en su sitio y la historia en otro. La primera es una mezcla de fantasía, la segunda es más rigurosa en sus análisis.

Hay cantidad de libros de “superación personal” que no aguantan la lupa de la objetividad y que la gente los compra porque creen que le van a dejar algo y a final de cuentas a quien le deja algo es al autor que se aprovecha de la falta de formación y de información de los incautos lectores.

¡Cómo insistimos en la mayor parte de nuestros cursos en la importancia de ser objetivos! De buscar la realidad aunque duela o cueste. Nos gusta afirmarles, lo recordarán muchos, que pueden existir diferentes percepciones sobre una cosa, pero que la realidad no es necesariamente lo que se percibe de ella. Insistimos que se debe estar abierto a la profundización en el conocimiento de las cosas y situaciones.

Para quienes Dan Brown con su libro les crea conflictos, vale la pena decirles que: es una novela de ficción. Que habría que estudiar un poco más de historia, seria y formal, sobre Jesucristo y los evangelios apócrifos. Que habría que indagar que es el Opus Dei. Por último, que las novelas de ficción tienen que ser poco objetivas por estar basadas en la fantasía. Y si el criterio que se usa es la afirmación de que está escrito en un libro, entonces ¡a creer en las hadas, los centauros y los faunos!

 

José Luis Castañeda Lerma

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Mon, 30 Apr 2012 18:49:14 -0700
Complejo de Corcho https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/112-complejo-de-corcho https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/112-complejo-de-corcho

Por supuesto que no se trata de hablar de esos momentos en que sentimos que todo se atora en nosotros y que llamamos cuello de botella, nos referimos a la gente que tiene, al igual que el corcho, una de sus propiedades: el corcho en un líquido tiende a flotar a quedarse en la superficie y a esto es lo que nos dedicaremos.

El complejo de corcho se refiere a esas personas que son superficiales, que prefieren no pensar mucho. Que prefieren ver la vida “con monitos”, que le tiene puesto el mayor sonido a los bafles de la vida, a aquéllos que la soledad les preocupa por que no saben estar con ellos mismos; que quieren todo con ejemplos, porque les fatiga el profundizar; que no son capaces de entretenerse; que responden “porque sí”, porque encontrar otro tipo de razones les agobia.

En pocas palabras que se quedan nadando en la superficie de los cómo porque llegar a los por qué cuesta razonar, reflexionar.

La pregunta ¿cómo trabajas? De inmediato trae respuestas. La pregunta ¿por qué trabajas? A veces hace dudar o bien se encuentran respuestas plagadas del “complejo de corcho”. La pregunta ¿cómo vives tu matrimonio? Da respuestas de inmediato, pero la pregunta ¿por qué estás casado? Es más comprometedora y requiere más profundidad. La pregunta ¿Cómo es tu puesto o cómo lo realizas? Hace brotar infinidad de resultados, la pregunta ¿Por qué sigues en ese puesto? Conlleva reflexión y las respuestas se tardan en llegar.

¿Por qué la superficialidad?

Normalmente porque hay un vacío interior, - inmadurez al fin y al cabo - que es resultado de vivir la vida llena de cómos y con pocos porqués. Los cómos son activismo, el cual se hace muchas veces sin sentido. Los por qué son reflexión y están plagados de razones que son las que le dan sentido a nuestra vida. Darle razones a nuestra vida es oxignerla, llevarla a puerto seguro, una faro que alumbra la oscuridad de nuestro caminar. Un darle sentido a todo lo que hacemos. Cuando la gente sabe el porqué de su vida se encarga ella misma de encontrar los cómos.

Podemos llenarnos o llenar a los demás de técnicas y procedimientos, pero si no se ha encontrado la razón de esas herramientas, se seguirá haciendo lo mismo.

Si bien el ser humano se le considera como un animal racional y reflexivo, cuando le quitamos lo racional y reflexivo efectivamente queda reducido a su animalidad, posiblemente una animalidad amaestrada, pero animalidad al fin.

Al ser humano hay que llevarlo a conocerse, a encontrar el sentido de lo que hace y del por qué lo hace, de esa manera se le educa se le supera o de otra forma se le convierte en el perfecto animal amaestrado, viviendo en la superficie durante su vida, deleitándose en la tierra de los cómos, nadando en la superficie, como los corchos.

José Luis Castañeda Lerma

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Sun, 29 Apr 2012 05:17:10 -0700
Comunicar o el Arte de Convivir https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/113-comunicar-o-el-arte-de-convivir https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/113-comunicar-o-el-arte-de-convivir

Lo veía que se acercaba; lo estaba mirando directamente a los ojos. Daniel sentía que comenzaba a sudar. La distancia era cada vez menor.

Viéndolo fijamente el instructor preguntó a Daniel: ¿me expliqué? Sabía que tenía que responder, pero desde que intuyó que se dirigiría a él, se había “cerrado”; con voz apenas audible, Daniel dijo: Usted se explicó muy bien, pero yo no lo entendí.

Frecuentemente, usamos el “yo ya les dije” y sí, seguramente lo hicimos, el problema es ¿y qué nos entendieron? Hay ocasiones que asistimos a una junta en la que se nos dan determinadas indicaciones, sin embargo la incidencia de lo que se dice no es igual para todo el que asiste.

Sabemos que en ocasiones no es tanto lo que se dice, sino el cómo se dice; olvidamos el principio de que todo en nosotros comunica. En ocasiones se comunica más por lenguaje no verbal que por lo que decimos. Hay veces que el lenguaje factual –lenguaje de los hechos- es mucho más importante que toda una junta por preparada que se tenga.

Se afirma que en la comunicación presencial, lo que se dice –las palabras- tienen una repercusión en el que oye de apenas un siete por ciento. El tono de voz –modulación, volumen, rapidez- inciden un treinta y ocho por ciento y el cuerpo –postura, expresión facial y manual- tienen un cincuenta y cinco por ciento.

Si de verdad se quiere mejorar en comunicación, se debería tomar muy en cuenta nuestro lenguaje corporal y tono de voz. Sin embargo somos poco conscientes de lo que decimos con nuestro cuerpo, nos centramos más en lo que vamos a decir que en la manera en que lo transmitimos. Grave error.

El lenguaje factual, tiene también una gran importancia. No nos damos cuenta que nos observan y que nuestras actitudes se reflejan inconscientemente a cada momento y en cada situación. El lenguaje de los hechos, es lo que comunico con mi hacer diario,- sin juntas, reuniones o comentarios- . Es en pocas palabras “caminar lo que decimos”.

Una regla para la mejoría del lenguaje factual, por ejemplo, es la siguiente:Cuando no puedas ser congruente, explica por qué. Habrá ocasiones que pidamos que se actúe de alguna manera específica, por ejemplo: ser puntual, cuidar gastos, ser más productivo etc. Si por alguna razón, no se puede “vivir” eso que se pide, hay que explicar el motivo. Esto ayudará a que no se pierda la importancia a lo que se dice a pesar de que haya una razón por la que no se pueda actuar como se pide.

Una de las más grandes interferencias en la comunicación y que produce mucho ruido es el que nos pidan hacer cualquier cosa y que el que lo pide no lo haga, esto genera ruido.

La comunicación intrapersonal, esa que mantenemos con nosotros mismos, está también muy descuidada. Poco comunicamos de manera formal con uno mismo. Hay demasiadas distracciones y estímulos externos; aunada a esto, poca formalidad para hacerlo. Quizá ésta sea una razón por la que traemos algunos desórdenes en nuestras vidas y querámoslo o no se manifiesta en nuestra comunicación con los demás. Por ejemplo: es probable que al estar leyendo este boletín, estés pensando en personas a las que les vendría bien todo lo que está escrito ¿Y a ti? ¿Es tu comunicación verdaderamente eficaz? ¿Logras lo que quieres cuando te comunicas? ¿te das cuenta de la importancia de lo que no dices?.

Jose Luis Castañeda Lerma

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Sun, 29 Apr 2012 05:25:51 -0700
Cuando los propósitos fallan https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/114-cuando-los-propositos-fallan https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/114-cuando-los-propositos-fallan

Estamos a horas de comenzar un nuevo año. En realidad cuando amanezca el primero de enero nos daremos cuenta que las cosas permanecen igual que el día treinta y uno. Sin embargo muchas personas suelen tomar el inicio del año para el comienzo de sus propósitos, que en muchas ocasiones terminan por ser solamente buenos deseos que se abandonan en el mismo mes de enero.

Un propósito, para llevarlo a cabo, requiere de una voluntad educada y fortalecida. Desafortunadamente la voluntad en muchas ocasiones permanece como en duermevela y que, al requerirla para hacer lo que nos proponemos, termina por no responder como quisiéramos o como la necesitamos.

Es en el vencimiento personal en pequeños detalles como podríamos hacerla reaccionar y fortalecer poco a poco. Las cosas grandes, para realizarlas, requieren de una voluntad firme en las cosas pequeñas de cada día.

Vamos a concretar con algunos ejemplos, que el lector puede enriquecer, cómo se puede llevar a efecto este fortalecimiento de la voluntad:

Con los demás en la casa y el trabajo:

• Saludar a todas las personas

• Interesarnos por las actividades de nuestros hijos

• Tratar amablemente a las personas que no nos son simpáticas

• Esforzarnos por escuchar activamente a los demás

• Tener algún detalle de servicio con las personasque trabajan cerca de nosotros

• Permitir que nuestra pareja descanse un poco

• Buscar intencionalmente, un detalle para vivir con nuestra pareja

• Saber ceder en nuestros gustos personales

• Dejar cada cosa que se usa en su sitio

• Agradecer cualquier servicio que nos brinden

En las comidas

• Comer un poco menos de lo que más nos gusta

• Comer un poco más de lo que menos nos gusta

• Retrasar la bebida en la comida

• Retrasar el fumar

• No quejarse cuando algo no es de nuestro agrado

• Comerse lo que nos sirvan

Otros

• Preguntarnos con frecuencia si estamos haciendo lo que debemos hacer

• Exigirnos austeridad en el uso de los medios electrónicos como el Internet

• Al sentarnos a hacer un trabajo no pararnos si no es necesario

• Terminar los libros comenzados

• Conocer nuestro límite en las bebidas y no llegar a éste

• Contestar los mails que requieran respuesta

• Levantarse a hora fija

• Al fumar procurar no hacerlo si hay personas a las que les molesta

• Limpiar el auto

• Evitar el quejarse de cualquier cosa

• No explotar con tanta facilidad

• Si se debe de reconvenir a alguien, no hacerlo en público

• Cumplir con nuestros deberes religiosos sin falsas excusas

• Aprender a concentrarse en el trabajo

• No oír tanta música o permitir que los demás oigan la que les gusta a ellos

• Cuidar que en nuestro porte exterior no haya nada chocante

• Aceptar las sugerencias y consejos de los demás

• Agradecer cualquiera reconvención que nos hagan sobre nuestra persona

• Dormirse a hora fija

• Aprender a examinarnos en nuestro proceder, dedicando un par de minutos diarios a este tipo de actividad, etc.

• No hacer de nuestros dolores tanta alharaca

¿Pequeñeces?, con este tipo de aparentes insignificancias se forja el carácter de las grandes personalidades. Con constancia y perseverancia en los detalles pequeños, la voluntad sale fortalecida. ¿Has visto como se hacen los tapetes persas?, un hilo detrás de otro y un nudo y otro y otro. El hilo y los nudos son aparentemente insignificantes, pero puestos en su sitio termina haciendo algo que vale la pena.

En lo personal, me hace reflexionar mucho el autor de «Camino» en uno de sus puntos donde comenta: « ¿Has visto como levantaron aquel edificio de grandeza imponente? –Un ladrillo y otro. Miles. Pero uno a uno.-Y sacos de cemento, uno a uno. Y sillares, que suponen poco, ante la mole del conjunto.-Y trozos de hierro.- Y obreros que trabajan día a día, las mismas horas… ¿Viste cómo alzaron aquel edificio de grandeza imponente?...-¡A fuerza de cosas pequeñas!»

A todos mis lectores, les deseo que este nuevo año sea de recomienzos y les agradezco sus mails y la paciencia recordándoles, como decía aquel autor español ¿año nuevo? ¡Lucha nueva!

José Luis Castañeda Lerma

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Sun, 29 Apr 2012 05:27:38 -0700
De "silvestre" a gerente general https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/115-de-silvestre-a-gerente-general https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/115-de-silvestre-a-gerente-general

Javi, llegó con todas sus ilusiones puestas en cruzar al “otro lado”. Dejó su tierra del sureste recién estrenados sus 17 años. Se distinguía en su pueblo por haber asistido al primer año de preparatoria en la capital de su estado.

Tijuana le parecía una ciudad monstruosa, contrastante, pero con un algo que no acababa de descubrir que era y que tras su fracaso de ingresar a Estados Unidos, encontró que era también un tierra de oportunidades al encontrar trabajo en una maquila.

En cierta ocasión, tres meses después de su ingreso a esa empresa, oyó un comentario que su jefe le hacía a la gerente de recursos humanos y que se refería a él “es entusiasta y persistente, algo silvestre y con miras muy cortas, no creo que dure mucho”.

Le preguntó a uno de los ingenieros con los que sentía confianza, el significado de “silvestre y persistente” ¿Cómo podía ser algo que ni siquiera sabia lo que era? El ingeniero, muy divertido le hizo la aclaración.

Le gustó que lo catalogaran como persistente, lo de silvestre no tanto, pero lo aceptaba. Poco tiempo después, aprovechó la convocatoria de su empresa para terminar la preparatoria abierta. Le martilleaban en sus oídos todavía el comentario de que tenía miras muy cortas y cuando se lo explicó el ingeniero, se propuso tener “miras más largas”.

Asistió a un seminario como parte de su capacitación, en el que le explicaron que “disciplina es el sujetar los deseos a la razón” y que además “los verdaderos propósitos se consiguen por medio de ésta”. Sus clases de preparatoria abierta le costaban un poco, pero el ingeniero le ayudaba en aquellas cosas en las que surgían dudas, además lo retaba diciéndole “si realmente fueras persistente como te dice tu jefe, acabarías la prepa en año y medio”. Comenzó a aplicar lo que había entendido de disciplina y dejó poco a poco las fiestas de los fines de semana en el antro al que acudían casi todos los de su línea.

Descubrió que el exigirse para preparar los exámenes de preparatoria abierta, le ayudaba también en su trabajo. Su jefe le llamó para preguntarle, si aceptaba hacerse cargo como jefe de su línea y le pidió que lo pensara.

Quiso hablar con el ingeniero, y este le invitó a comer, en el restaurante, el ingeniero comprobó “lo silvestre que era” y le comenzó por decir las reglas básicas de urbanidad. Javi, con los ojos bien abiertos absorbía todo lo que el Ingeniero le decía. Al final de la comida le preguntó “Inge. Me pidieron que si quería ser jefe de línea de mi área ¿Cómo la ve? Le contestó que eso requería compromiso, que si aceptaba para ser uno más de los jefes de línea, mejor no lo hiciera. Tuvo que explicar que compromiso era una “obligación contraída”. Terminando la comida en la que cada quién pagó su cuenta, Javi le dijo al Ingeniero “quisiera ser como usted” la respuesta que obtuvo fue “Estudia inglés e ingeniería y algo te acercarás”

Asistió con cierta renuencia a otro seminario para jefes de línea, se le quedó muy grabada la sesión de dirección de personal y más grabado aún la regla de oro de la Ética. “trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti” Se lo comentó al ingeniero que, para este entonces ya era su amigo y le dijo “nunca se te olvide que trabajas con personas y que cada una tiene un valor infinito, si aplicas esa regla tendrás prestigio entre tu grupo y te irá bien”

La preparatoria la terminó en poco más de un año y consiguió permiso para que pudiera estudiar Ingeniería Industrial, a la par se iba introduciendo en el Inglés. El ingeniero le dio un método de lectura rápida que le ayudó mucho y que le introdujo en el apasionante mundo de la lectura. Sus compañeros le veían con cierta envidia pero con mucho respeto por el crecimiento que iba teniendo. Se iba ganando una autoridad bien asentada en la “regla de oro”. Le nombraron supervisor y le ayudaron a obtener su visa, para recibir entrenamiento en Santa Ana. Mientras tanto al ingeniero lo nombraban gerente general.

Pasaron cinco años, y el “silvestre de miras cortas” era ya jefe de su primer supervisor, tenía un prestigio enorme en la planta. Se graduó por promedio en Ingeniería y sus invitados fueron sus colaboradores y el Ingeniero.

Al final de la graduación en un momento que estaba solo le preguntó el Ingeniero “¿qué es lo mejor que has aprendido en este tiempo” Javi le contestó “dos cosas: que el trabajo bien hecho, no solo es fuente de remuneración, sino piedra de toque de la propia madurez, pues en el se desarrollan cualidades como: tenacidad, paciencia, empatía, servicio, alegría, laboriosidad, orden, saber que la persona es lo más importante para la rentabilidad, por lo que hay que hacerlos rentables y segundo que la “regla de oro” es el mejor aprendizaje para la dirección de personal”

“Bien, le contestó el ingeniero, pero recuerda este principio, es todo lo que hagas considera la finalidad de lo que haces, y le preguntó ¿Cuál sería la finalidad de todo lo que has logrado? Javi le contestó de inmediato: Servir a los demás y…su puesto”

Tres años después fue nombrado Gerente General debido a que el Inge se iba a la vicepresidencia.

Javi, es el pseudónimo de un gerente general muy respetado de una empresa de instrumentos médicos en Tijuana, que nos ha permitido conocer su historia, pero sin poner su nombre ni el de su empresa.

¿Ahora entendemos la importancia del Coaching y de la formación personal?

 

José Luis Castañeda Lerma

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Sun, 29 Apr 2012 05:28:51 -0700
De “carácter fuerte” https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/321-de-caracter-fuerte https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/321-de-caracter-fuerte

Esteban tiene un “carácter muy fuerte”; seguramente hemos escuchado alguna afirmación parecida, para describirnos a una persona que se enoja mucho o que grita.

En cambio a una persona afable, comprensiva y amable, se le puede tachar de “débil de carácter”.

Son maneras coloquiales en las que nos equivocamos en nuestras afirmaciones y con mucha frecuencia. Me explico:

La palabra carácter proviene de una etimología griega que significa “sello”. ¿Qué sella el carácter? La vida impulsiva tan propia del ser humano.

Una persona de “carácter fuerte” resulta ser aquella que es capaz de controlar su temperamento, que sabe dominar sus impulsos e instintos primarios. Por el contrario el término de “carácter débil” es aplicable correctamente a las personas que se dejan llevar por sus impulsos.

El “machismo mexicano” refleja debilidad, que se confundía –porque ya es un término en desuso- con aquellas personas que rayaban en la temeridad o bien eran mujeriegos incapaces de mantener una relación única y comprometida.

El carácter se forja, no es innato, esto es, no se nace con él. Se debe tener la intención de adquirirlo o de otra manera se es manejado por los demás y lo peor de todo, por las circunstancias.

Curiosamente la forja del carácter se basa en renuncia. Renunciar a todo aquello que es nocivo para la madurez de la propia persona. Curiosamente se basa en renuncias pequeñas –como siempre- que van fortaleciendo (sellando) nuestra forma de ser.

Mira, te dejo estas reflexiones que hace Josemaría Escrivá en su libro “Camino” para entender un poco mejor este asunto del carácter, los números de la izquierda son los puntos del libro:

4.- No digas: "Es mi genio así..., son cosas de mi carácter". Son cosas de tu falta de carácter: Sé varón -"esto vir".

10.- No reprendas cuando sientes la indignación por la falta cometida. —Espera al día siguiente, o más tiempo aún. —Y después, tranquilo y purificada la intención, no dejes de reprender. —Vas a conseguir más con una palabra afectuosa que con tres horas de pelea. —Modera tu genio.

17. No caigas en esa enfermedad del carácter que tiene por síntomas la falta de fijeza para todo, la ligereza en el obrar y en el decir, el atolondramiento...: la frivolidad en una palabra.

Y la frivolidad -no lo olvides- que te hace tener esos planes cada día tan vacíos ("tan llenos de vacío), si no reacciona a tiempo -no mañana: ¡ahora!-,hará de tu vida un pelele muerto e inútil.

18.- Te empeñas en ser mundano, frívolo y atolondrado porque eres cobarde. ¿Qué es sino cobardía, ese no querer enfrentarte contigo mismo?

42. ¿Por qué esas variaciones de carácter? ¿Cuándo fijarás tu voluntad en algo? -Deja ya tu afición por las primeras piedras y pon la última en uno solo de tus proyectos.

43. No me seas tan... susceptible. —Te hieres por cualquier cosa. —Se hace necesario medir las palabras para hablar contigo del asunto más insignificante.

 No te molestes si te digo que eres... insoportable. —Mientras no te corrijas, nunca serás útil.

 

Yo, poco puedo añadir a esta lista de exigencias y renuncias...

 

José Luis Castañeda Lerma

 

 

 

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Sat, 28 Jul 2012 18:27:09 -0700
Déjame pensarlo un minuto https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/116-dejame-pensarlo-un-minuto https://sicap-instituto.com/index.php/es/articulos/auto-ayuda/116-dejame-pensarlo-un-minuto

Son palabras que encierran prudencia. La velocidad con la que se mueve en la actualidad el mundo y sus circunstancias parecería hacer de éstas, un parón, un detente.
 

La precipitación en el obrar parece más adecuado ante tal velocidad, pero precisamente porque las cosas van tan rápido, nunca mejor el decir: «déjame pensarlo un minuto... o dos o los que sean necesarios». Pareciera ser que el principio de «actúa y después reflexionas» es lo que nos caracteriza actualmente.
 

Cuando actuamos por rutina, por prejuicios o por seguir el modo de obrar de los demás, en pocas palabras sin el fin en mente nos lleva a otra característica de moda: la inconsideración. Por eso nos encontramos con esa mediocridad envolvente que se pega como chicle, que nos impide detenernos a pensar el motivo que origina nuestro movimiento.
 

Lo inconsideración nos lleva a la inconstancia, pues al no contemplar los fines y quedarnos entretenidos en los medios (mediocridad otra vez), hace que cambiemos de parecer de una manera vertiginosa a final de cuentas ¡da lo mismo pues no sabemos porque actuamos!
 

Consecuentemente surge la negligencia que nos lleva a obrar sin atención ni cuidado y así vamos dando ramalazos, nos convertimos en «veletas» que se mueven hacia donde lleva el viento, y a mayor velocidad de éste mayor precipitación.
 

Estas características que se han mencionado: precipitación, inconsideración, inconstancia y negligencia, son cuatro vicios que se oponen a una de las virtudes más apreciadas, pero a la vez que menos se encuentra: la prudencia.
 

Una de las virtudes más necesarias cuando se tiene cargo de gobierno, llámese gerencia, dirección, supervisión es la Prudencia En la antigüedad se decía: «si gobiernas, se prudente». Sin embargo es uno de los valores que más se confunde y que llevan a algunos a no hacer nada, escudándose precisamente en ella.
 

La prudencia se le define como: «aquella virtud que dirige nuestro entendimiento para que examine y elija lo que debe hacer y lo que debe evitar».
 

Platón llamaba a la Prudencia, en palabras muy actuales: «el chofer de las virtudes», el que las guía y lleva a feliz término, ¡Nada más ni nada menos. Otros autores la suelen nombrar «Ojo del alma» porque si se obra sin ella es como obrar a ciegas. «Timón del navío» sin el cual necesariamente se ha de perecer o naufragar. «Luz y antorcha de nuestra vida» que nos ilumina para no errar el camino.

En su ejercicio se distinguen 3 acciones:
 

• Deliberar: Examinar lo que se pretende hacer. Este examinar intenta distinguir si el acto que se desea realizar es bueno o malo, conveniente o nocivo y analizar los medios que se tienen para conseguirlo. Aquí entra el saberse aconsejar. «Cuatro ojos ven más que dos», «Quién pronto se determina, pronto se arrepiente», «Rápido y bueno, raras veces», etc.
 

• Decidir: Enjuiciar la aceptación o rechazo. Después de examinar los distintos medios quedarse con el más conveniente. «Elijo esto, porque es el más adecuado o el único posible. No es prudencia el eterno vacilar que todo lo deja en suspenso y sume a la persona en la incertidumbre, tampoco es prudente esperar, para decidir, la presencia de condiciones ideales.
 

• Ejecutar: Obrar de acuerdo a lo decidido. Quizá sea el más importante de los tres factores. La prudencia se asocia aquí a la fortaleza para hacer frente al desaliento ante las dificultades o los impedimentos> es el momento en el que uno se revela como jefe o guía. Filipo afirmaba: «Es preferible un ejército de tímidos ciervos conducidos por un león, que uno de leones feroces conducido por un ciervo».
 

Como se puede observar el actuar precipitadamente es contrario a la prudencia. Uno puede pensar que ser prudentes implica lentitud por el proceso que se sigue. En algunos casos será necesario tomarse cierto tiempo y en otros no. Hay quienes aferrándose a una idea, la entierran y siguen custodiándola durante toda la vida, sin molestarse a pensar en cambiar o volver a replantearse las cosas.
 

Sin importar ser reiterativos vale la pena recalcar que la prudencia conlleva acción y va en contra del concepto erróneo de no actuar, ya que habla de obrar de acuerdo a lo decidido.
 

La prudencia se conforma de las siguientes partes:
 

• La memoria o experiencia del pasado. La persona prudente convierte los acontecimientos pasados en lecciones para el porvenir. Sabe aprender de sus errores sin que éstos le agobien. No es que se quede encadenado al pasado, sino que toma las experiencias anteriores que le pueden ayudar en el presente.
 

• El conocimiento del presente: sabe que las circunstancias cambian, pero que los valores permanecen. Analiza las circunstancias actuales y decide conforme a ello.
 

• Previsión : toma en cuenta las consecuencias que pueden seguirse de sus actos y actúa o deja de actuar de acuerdo a esto.
 

• La docilidad para aprovechar las experiencia ajena. Se toma en cuenta las experiencias de otras personas bajo las mismas circunstancias y las juzga. se requiere sencillez y humildad para aceptar el «escarmentar en sombrero ajeno». El primer paso de la prudencia es el reconocimiento de la propia limitación, se debe admitir que en determinadas cuestiones no se puede llegar a todo, que no se puede abarcar todo.
 

• Circunspección: Consiste en la atenta consideración de todas las circunstancias que rodean a lo que se pretende llevar a efecto.
 

• La objetividad: que permite tener el aprecio adecuado de la realidad. Las cosas son como son y no como uno quiere que sean.
 

• Precaución: para evitar peligros o tropiezos futuros e innecesarios.
 

• La sagacidad o destreza para encontrar los medios oportunos y en solucionar las situaciones difíciles.
 

Como se puede ver, vivir sin prudencia es como vivir sin rumbo

 

José Luis Castañeda Lerma 

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jolucale@hotmail.com (Super User) Auto Ayuda Sun, 29 Apr 2012 05:30:21 -0700