Tengo a dos personas que conozco y que trato frecuentemente y que son completamente contrastantes. Una de ellas, es el aparentemente inculto, frívolo, el que su vida difiere en mucho de nuestra normalidad, sin embargo cada año, escribe lo que quiere para el período que sigue y bajita la mano lo va consiguiendo.

Por el contrario, tenemos al filósofo, culto, el de las preguntas profundas, y el de las respuestas para casi todo, viviendo un marasmo de vida en la que no sabe siquiera que es lo que quiere. Y a pesar de que tiene respuestas para todo, no la tiene para su propia vida. Hay una diferencia enorme entre uno y el otro y se llama determinación.

Determinación, significa pensar, descubrir, enjuiciar, proponer y después ir con toda tu alma tras aquello que has visto. El querer e ir por lo que se desea –una vez meditado- es resultado de una voluntad despierta, viva, que sabe que hay que trascender y que trasciende.

Querer lo que se desea es el primer paso para conseguirlo.

Por supuesto que en primer lugar se debe saber qué es lo que se desea, para después amarlo y que se convierta en algo que informe nuestra conducta hasta que se consiga.

Hay una canción mexicana muy vieja que en una de sus frases engloba una verdadera determinación, decía: “me he de comer esa tuna, aunque me espine la mano”, esto es, no me importa lo que me pueda suceder, porque aquello que quiero realmente vale la pena.

Querer con intensidad algo, es prácticamente conseguirlo. Supongo que tienes cambios en tu mente, ¿con que intensidad estás dispuesto a ir tras ellos? Recuerdo la frase de Camino donde se habla de resolución: “¿Quieres?, ¿cómo una madre quiere a su hijo, como el avaro las riquezas, como un pobrecito sensual su placer? ¿No? entonces no quieres."

¿Te has puesto a pensar en la intensidad del cariño de una buena madre por sus hijos? Con esa misma intensidad habría que actuar ante lo que vale la pena en nuestras vidas.

Sin intensidad en las resoluciones, difícilmente se llega a lo que deseaste y con facilidad tenderás a abandonar lo propuesto.

A continuación te sugerimos algunas cosas para lograr una determinación eficaz:

• Dejar perfectamente claro y por escrito lo que pretendes
• Empezar cuanto antes a buscar aquello que te acerque a lo decidido
• Trazar metas y objetivos a corto mediano y largo plazo
• Evita a las personas pesimistas que tratarán, por envidia, de desanimarte
• Recomenzar cuanto antes al notar desviaciones y distracciones
• Medir diariamente si estás en el camino correcto y corregir de ser necesario
• Involucra y compromete a quienes colaboraran contigo
• Nombra de alguna forma a tu proyecto, una palabra que lo defina y que te lo recuerde
• Apasiónate por lo que quieres conseguir
• Cuenta con tus debilidades, falta de disciplina y resistencia al cambio, pero que no te dejes vencer por ellas
• Imagínate terminado lo que te propones, hazlo realidad en tu mente
• Orienta desde el principio de tu día todas las actividades para lograr tu objetivo
• No te desanimes por nada ni nadie. Te llamarán soñador, pero tú al final los llamarás mediocres.

Aquí está la clave. Como podrás ver, el inicio de cada punto nos lleva a la palabra Determinación que se convierte en el aderezo para conseguir lo que quieres...si es que quieres.

                                                           José Luís Castañeda Lerma