Tu vida actual es el resultado de las decisiones que has tomado
Gerente, con tendencia a la zona de comodidad, defensor de su puesto a costa de lo que sea. Estabilidad en los ingresos. Se siente un tanto solitario a sus treinta y ocho años. Un divorcio, sus hijos, a los que adora, pasan los fines de semana con él. No ve posibilidades de crecimiento en su empresa. Siente el peso de tener la edad que tiene, sobre todo porque en el medio, después de los treinta y cinco es difícil que se contrate.
Se le pide que analice las elecciones trascendentales que ha hecho en su vida, sin justificarse, solamente planteando los hechos. Las siguientes son sus respuestas.
- El año pasado decidió no asistir a los cursos formativos que le brinda la empresa, pero envió a todos sus colaboradores, el siente que ya no necesita nada. Dos de sus colaboradores cambian sustancialmente su forma de actuar, uno destaca a los ojos de todos y el decide deshacerse de él. El otro, en la actualidad gana más que él y está en otro puesto en igualdad de niveles.
- Las evaluaciones que le han hecho, sobre todo la de 360º marcan una serie de competencias que le hacen falta: liderazgo, autoridad y respeto. Cuando se las entregan, las justifica para sí mismo por lo que decide no hacer caso de ellas.
- Lo del divorcio, que acepta que le afecta, lo justifica aduciendo que hubo mala elección en el momento de casarse; su madre se lo decía pero no hizo caso. Todo comenzó porque descubrieron una “pequeña” infidelidad o desliz que tuvo. A su mujer le hizo falta comprensión.
- El sentimiento de soledad se debe a que a él le enseñaron que el fin justifica los medios. Para llegar a su puesto actual, tuvo necesidad de dar zancadillas, maquilar algunos resultados y actuar, en ocasiones, contra sus propios principios. Tuvo amigos que le hicieron ver su actitud errónea, pero siempre los considero “amigos incómodos”. En la actualidad poca gente se le acerca a retro alimentarle sobre su actuación, supone que es porque está haciendo las cosas muy bien.
- El miedo a cambiar de “aires” está justificado según él por la edad que tiene. Debido a esto defenderá “con uñas y dientes” su puesto y privilegios actuales. Su principio en la actualidad es “no hagas ruido”
Por supuesto, que después de analizar estos cinco puntos, podemos darnos cuenta que la manera de llevar su vida actual es el resultado de lo que ha venido decidiendo en su pasado. Toda acción implica reacción, tarde o temprano.
Las decisiones, por la importancia de su trascendencia, no pueden dejarse al azar.
Un diseño funcional pero mal pensado en sus implicaciones, puede tener trascendencia en mucha gente. Una decisión financiera mal tomada, puede llevar al cierre de una empresa. Decisiones aparentemente insignificantes pueden acarrear resultados funestos.
Decidir requiere de pensar y de técnicas que permitan evaluar el impacto de lo decidido. Dejar los resultados al resultado de un volado implica pobreza de alternativas y ligereza en el obrar.
Calidad de las decisiones
Cuando se habla de calidad, implícitamente se viene a la memoria la palabra clientes. Luego, decidir con calidad requiere pensar a favor de los clientes. En las decisiones de la vida personal están involucrados nuestros seres cercanos y queridos; por lo que es necesario pensar en satisfacerlos con lo que se decide. En las decisiones de la empresa está la empresa misma como cliente, por lo que las decisiones, necesariamente y para que sean de calidad deben estar enfocadas en la rentabilidad.
Pensar en el impacto que puede tener una decisión en los clientes, obliga a pensar un poco más, a buscar técnicas que permitan evaluar aquello que se va a decidir.
No se puede apoyar en la intuición que da el oficio, se puede y se tiende a la subjetividad, a lo cómodo.
Lo bueno de todo es que cada día se nos abre un espacio para la construcción del futuro, para el aprendizaje de métodos y sobre todo para darse tiempo para pensar que lo erróneo tiene la opción de corregirse. Si no se conoce ninguna herramienta para la toma de decisiones, por lo menos se tiene la de saber pedir consejo, claro que ésta implica decidir el ser un poco más humildes.
José Luis Castañeda Lerma