Hace poco tiempo, en una empresa distribuida a nivel nacional, en un receso se hizo el siguiente comentario al instructor: “en esta empresa en la evaluación anual me dijeron que tenía que ser más «leal a la empresa». Pregunté ¿leal al edificio, leal a los instructivos o leal a TI?. Cuando pienso en empresa, pienso en mi jefe, TU representas lo que es la empresa para mí. Si la palabra lealtad infiere compromiso, ¿cumples tú los tuyos conmigo? Un planteamiento difícil.
Es cierto que quienes ejercen función de liderazgo no pueden garantizar una relación de largo plazo con sus empleados, pero se puede hacer mucho con la lealtad.
Se ha hecho frase común el decir “ponte la camiseta”, en esta frase de uso rutinario lo que se está pidiendo es lealtad a la empresa. Pero es razonable pensar que si te han puesto de jefe de un área, tu representas la empresa para tus empleados. Habría preguntarse como es esa representación.
Lealtad significa “fortalecer y respetar” los vínculos que libremente se han adquirido. En las empresas hay un vínculo contractual con los empleados. Se podría decir que la empresa “compra” rentabilidad y los empleados venden “esfuerzo”. Esto determina derechos y obligaciones, y cuando están equilibrados tienes personas leales.
Fortalecer el vínculo, es hacer que las persona no se sienta ajena en la empresa, que se sienta importante y respetada. Que se cumpla con todo lo que se le promete –bueno o malo- que aprenda, porque te ve, lo que es el compromiso.
Fortalecer el vínculo, es respetar la individualidad de la persona, saber que tiene inteligencia y que por eso tiene ideas y puede ser creativa. Además que estas ideas se valoran y ponderan.
Fortalecer el vínculo es ver al jefe “caminar lo que dice”, que hay integridad.
Fortalecer el vínculo es el jefe cuando comparte información, porque sabe que sus colaboradores difícilmente lo seguirán ciegamente, si no se les dice que se espera de ellos y hacia donde se les quiere llevar
Fortalecer el vínculo es compartir sentimientos: es importante que el jefe admita sus preocupaciones y sus miedos. Recordemos que los sentimientos son tan importantes como los hechos en una relación. Si no se está de acuerdo con alguien o algo hay que hacerlos notar. Cuando algo nos apasiona hay que hacerlo sentir. Debemos recordar que el entusiasmo es contagioso.
Fortaleces el vínculo es no esconder las malas noticias. Éstas corren más rápido que las buenas. Cuando las cosas salen mal o hay malos augurios hay que decirlos. Jamás se consigue lealtad cuando se trata a los empleados como niños tratando de “protegerlos” de la verdad.
Seguramente que se podría preguntar ¿y lo colaboradores cómo fortalecerían ese vínculo? Ellos lo harán conforme lo vayas haciendo tú. No importa que tantas habilidades tengas, lo primero, la gente analizará primero cual es tu nivel e compromiso. Ellos serán leales si confían en que su líder los lleva a donde los debe llevar.
La lealtad se puede ganar, pero requiere de esfuerzo y atención de parte de ti como jefe. Recuerda que lo contrario a la lealtad no necesariamente es la deslealtad, esta puede corregirse, lo verdaderamente contrario a la lealtad es la indiferencia…y tu sabes lo que significa. Por último la lealtad no se exige…se gana.
José Luis Castañeda Lerma
