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Hay ocasiones que alguna máquina se descompone dentro de la empresa y lo normal es que se repare de inmediato de acuerdo a la importancia de su uso. Una computadora u ordenador al descomponerse nos brindan una “dosis de nervios” en ocasiones exageradas. Afortunadamente para lidiar con estos problemas existen técnicos y empresas que nos sacan del atolladero.

Al igual que los nervios que produce una máquina descompuesta, las actitudes de nuestros colaboradores y las propias, pueden tener consecuencias funestas.

Quizá una de las actitudes mas perniciosa sea la soberbia u orgullo. Analizaremos dos de los posibles significados de esta actitud y su impacto dentro de la empresa.

1. Estimación excesiva de sí mismo con menosprecio de los demás: En la empresa se notan de la siguiente manera: Personas que creen que no pueden aprender de los que se encuentran debajo de ellos en los organigramas o que no tienen el mismo nivel de estudio. En las juntas se adaptan a lo que dicen sus jefes y se cierran a lo que dicen sus colegas. Defienden de manera desmedida sus propias opiniones y si algo de lo que ellos proponen sale mal, inmediatamente encuentran algún pretexto o algún culpable.

Normalmente no descomponen ni tienen la culpa de nada. En ocasiones se les pregunta sobre alguna actividad que no han terminado, hacen como que no oyen y en lo que se les repite el cuestionamiento, se dedican a pensar un buen pretexto que los exima de toda culpabilidad.

Es frecuente que mientan o que sus respuestas sean sarcásticas. Les fascina hablar de ellos mismos, lo que los hace pobres escuchadores, la comunicación suele ser unilateral. Ellos hablan los demás escuchan.

Sus puntos de vista son siempre los mejores, aunque al jefe le harán creer que los de él son aún más buenos. Difícilmente obedecen, tienden a juzgar todo lo que se les dice desde sus parámetros. Solamente reconocen como superiores a personas que son notoriamente mejores que ellos. Suelen hacer las cosas “a su manera” y encuentran justificaciones para hacerlo así.

2. Apetito desordenado de ser preferido a otros: Como la estimación de si mismo es excesiva, no comprenden que los demás prefieran a otros.

Esto les produce envidia y como consecuencia se les escucha hablando mal de los demás, o truncando ascensos y poniendo zancadillas. Difícilmente logran entender que los objetivos de la empresa son más importantes que sus propios objetivos, pero siempre conseguirán aparentar lo contrario.

Si son emotivos, las explosiones de cólera surgirán con frecuencia. Las llamadas de atención a sus subordinados o colaboradores les gusta hacerlas en público. Algunos disfrutan el hacer sentir mal a los demás.

Obviamente será difícil encontrar personas con el 100% de las actitudes señaladas, pero sirven de base para medir lo que las personas soberbias pueden ocasionar en una empresa.

Lo peor del asunto es que difícilmente una persona soberbia le aceptará que lo es, porque no se dan cuenta que la tienen. Quizá lo mejor será aprender a convivir con ellas, armados de una alta dosis de paciencia o ser más hábil que ellos y ponerlos donde deben estar. ¿Cuánto le cuesta a una empresa, una persona como esta?

 

José Luís Castañeda Lerma

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