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Líderes en formación de líderes desde 1992

Es difícil visitar una empresa y no encontrar en algún lugar visible las descripciones de la misión y los valores de la empresa. La presentación de este conjunto de cosas, son una verdadera obra de arte en algunas compañías.

Visitando una de estas empresas, con más de quinientos empleados, mientras esperaba a ser atendido, leí entre otros valores el de la Diversidad, no tenía ninguna explicación pero estaba enmarcada y tenía de fondo un paisaje con el mar y una barca.

Me atreví a preguntar a la persona que estaba en recepción cómo se vivía o interpretaba ese valor. Después de pensarlo un minuto me dijo: «Pues que se respetan las diversas ideas en las juntas y en general, en cualquier situación laboral». No comenté nada y agradecí la respuesta.

Me atendió uno de los gerentes de la planta y después de conversar sobre los asuntos que nos eran comunes, hice la misma pregunta sobre la diversidad, la respuesta fue la siguiente: «no discriminamos a ninguna persona por su cultura; tenemos, como sabes, personas de todas parte de la república». Agradecí la respuesta.

De salida me topé con un exalumno y al hacerle la misma pregunta, respondió: «tenemos empleados homosexuales y se les respeta su preferencia, no hay burlas y tiene un valor como personas igual a los que no lo son».

Le comenté vía correo electrónico lo sucedido al director de la empresa y le pregunté cuál era la interpretación del valor “Diversidad” que quería que se diera en su empresa y me respondió: «la anticipación y adaptación de la empresa a los cambios sociodemográficos, y de manera especial a cómo éstos afectan a clientes y talento potencial».

Muy buena presentación del valor, buen marco, buen dibujo pero una “diversidad enorme” en su interpretación.

Lo anterior sirve de ejemplo de valores que se declaran en una empresa y que quedan enmarcados y sin ninguna función práctica. Es como si se estuviera siguiendo una especie de moda que implica un romanticismo empresarial en la declaración de sus valores y principios, pero que su funcionamiento es hueco.

Un valor empresarial es para que se viva en la empresa y debe ayudar a conseguir sus objetivos. No puede quedarse en un referente teórico, del que nadie conoce qué es y por tanto se desconozca también cómo se vive.

Los valores, pueden tener diferentes interpretaciones y maneras de vivirlos, pero en la empresa se debe definir no solo su interpretación, sino especificar también los puntos  concretos que se quieren llevar a la práctica.

Una vez hecho lo anterior, cuestionarse cómo lo viven sus ejecutivos, retroalimentarlos y después en forma de cascada irlos difundiendo a todos en la empresa.

Los valores son referentes en las evaluaciones de personal, ya que esto permite reforzarlos en la práctica. Son pocas, las puedo contar con los dedos de las manos y sobran dedos, que tienen o han tenido en su momento un programa de difusión de valores. Y me faltan “muchos dedos” para contar las empresas que tienen muy bien enmarcados sus valores.

José Luis Castañeda Lerma

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