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Líderes en formación de líderes desde 1992

Estamos de acuerdo que el objetivo de todas nuestras acciones, mientras permanezcamos en una empresa, es la búsqueda de la rentabilidad: Cualquier finalidad, -productividad, calidad, gastos- deben estar informados por este fin: ser rentables

Hay gastos tangibles como las mermas, la falta de productividad, la nómina, etc. En las que vemos palpablemente en función de este fin. Hay, por otro lado, algunos gastos intangibles que van en contra de la rentabilidad y que pasan inadvertidas para algunos de nosotros.

A lo largo de este año en nuestros cursos hemos preguntado si las actitudes que tienen algunos de los directivos afectan o no la rentabilidad. En esta encuesta velada, han surgido algunas actitudes directivas que de alguna manera intangible tienen efecto en la rentabilidad, a continuación damos algunas:

• Prepotencia: la real academia define este término como abuso de poder o hacer alarde de el. Cuando se abusa del poder que nos da la empresa, lo que se puede conseguir son reacciones de rebeldía de parte de quien la sufre, como baja de la productividad o del rendimiento. Debemos entender que a toda acción corresponde una reacción, al abuso del poder le corresponde una resistencia, que normalmente se ve reflejada en los resultados.

La persona prepotente, al no tener argumentos convincentes, trata de manipular las situaciones a su antojo, ya sea por medio de amenazas o por un uso del poder de manera injusta.

• Dogmatismo: recordemos que este término se le aplica a personas que se aferran a sus opiniones o puntos de vista y que los defienden aprovechando el poder que les da la empresa. Son personas que les cuesta el trabajo en equipo, que se cierran a la realidad y que tratan de imponer sus percepciones. Difícilmente ceden ante las opiniones de sus colaboradores. Esto tiene como reacción la impotencia de parte de quien tiene un jefe dogmático.

El dogmatismo es una actitud que va en contra de la dignidad de la persona, cerrándole su capacidad de razonamiento. La impotencia afecta cualquier tipo de rendimiento y por ende la rentabilidad.

• Doblez y engaño: ambas actitudes afectan la autoridad de quien las utiliza, puesto que van directamente en contra de la integridad del jefe. La reacción es la baja de credibilidad de quien las utiliza y afectan gravemente su liderazgo. La persona a quien se engaña, al dejar de creer, tiende a la desconfianza y esto lleva a la indiferencia hacia las órdenes de quien manda. La indiferencia en el personal –no ponerse la camiseta- es una de las actitudes menos rentables, originada en el engaño o doblez del directivo, aunque éste creerá que siempre es culpa del equipo.

• Justicia: la falta de justicia aparece en todas las respuestas. La justicia quiere decir darle a cada quien lo que le corresponde. Contrariamente, en ocasiones pensamos que esta consiste en darle a todo mundo parejo, que curiosamente es lo más injusto. Cuándo el incremento de salario es el mismo para todos ¿no sientes un poco de coraje de que no tomen en cuenta tus aportaciones o tus extra millas? El arte de saber dar a cada uno lo que le corresponde implica que en momentos se tendrán que enfrentar una confrontación con personas que creerán que merecen otra cosa. Será el momento de ser objetivos y explicar que cada persona es diferente y que por ende el rendimiento, que es lo que se premia, debe ser igualmente distinto. El resentimiento que provoca la injusticia, es acumulable y termina, más tarde o más temprano por aparecer.

El propósito de este artículo no es juzgar a los jefes, sino que su intención es que nos detengamos a pensar un poco, en lo personal, la manera en que vivimos estas actitudes cada uno de nosotros.

Cualquier baja en la rentabilidad, se le suele achacar a cantidad de cosas, como falta de aplicación en procedimientos o problemas de índole material, pocas veces, en cambio, se lo atribuimos a actitudes en las personas que dirigen. Eso es una merma intangible.

 

José Luís Castañeda Lerma

 

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