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Líderes en formación de líderes desde 1992

     ¡Cambia lo que un hombre cree y cambiarás su forma de actuar!

No nos cansamos de repetir que los verdaderos cambios en la empresa se dan por los cambios de mentalidad en las personas que trabajan en ella. Tampoco nos cansamos de repetir y lo seguiremos haciendo que los cambios de actitud tienen que ver con las creencias de las personas. Ni tampoco de decir que la inversión de la empresa en nuevos sistemas y maquinarias no sirve de nada, si las personas que trabajan en ellas permanecen iguales.

Es una verdad tangible el que la tecnología está cambiando de una manera impresionante, y que nuestra mentalidad se aferra y defiende aquello que conoce, con lo que la resistencia a los cambios es dura.

Por ejemplo, mientras se crea que el trabajo es únicamente fuente de ingresos y no sea capaz de encontrarle los verdaderos beneficios, el trabajo estará ligado únicamente a incentivos y nunca a la verdadera motivación. Los gerentes pondrán la incentivación como lo más importante y dejarán de lado el encontrarle el verdadero sentido que tiene toda labor.

En este año que termina, sucedió que a una empresa de Tijuana, le llegó la recesión fuertemente. El gerente general, que de alguna manera siempre había creído que los empleados eran “obedientes hacedores de tareas” y “bienes fungibles” determinó, que para reducir gastos lo primero que habría que hacer era recortar personal.

Sin embargo el dueño de la empresa se opuso a contribuir al desempleo y le dio la orden de que les comunicara a todos las situación por la que estaban pasando y que dijera además que la primera solución en la que se había pensado era el recortar personal, pero que afirmara también que si sugerían algunos ahorros de gastos, el recorte podría eliminarse.

Se comunicó la idea y las ideas para optimización de recursos fue tal, que el despido masivo no fue necesario. Surgió la creatividad de una manera asombrosa y aquellos “obedientes hacedores de tarea” se convirtieron en fuente de ideas, mismas que al hacerlas suyas las acataban a pie juntillas. El gerente general, cuenta la anécdota y reconoce que al cambiar sus creencias, ha cambiado la manera de dirigir la empresa.

Si yo creo que al ceder en alguna idea es muestra de debilidad, entonces mi actitud será rígida y a lo mejor dogmática. Si alguien me hace experimentar las consecuencias de la rigidez y el prestigio que genera el rectificar, creeré en la flexibilidad y mis actitudes se tornarán más objetivas. Un cambio de creencias hace cambiar actitudes.

José Luís Castañeda Lerma

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