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Líderes en formación de líderes desde 1992

Entendemos por dogmatismo aquella persona que se aferra a sus puntos de vista, que normalmente no coinciden con la realidad. Dogmático es aquél que quiere que las cosas se vean como el las ve. Cerrado, porque no se abre a que pueda haber más puntos de vista, además del suyo. Difícil que trabaje en equipo, porque para que haya sinergia en un equipo se requieren ideas frescas, creativas, y él tiene las suyas que defenderá inflexiblemente.

Si al dogmático se le encuentra en puestos superiores, el problema se agrava, porque son de las personas que piensan que la verdad se encuentra entre más alto estés.

Las cosas son como el dice, a las opiniones de los demás les “falta perspectiva”. La realidad se acomoda a sus formas y estilos. A los demás les hace falta saber comunicarse, porque él no “necesita de eso, puesto que la verdad (la suya) no se negocia”.

Detrás de estas personas se puede encontrar inseguridad o una soberbia desproporcionada.

Cuando es por inseguridad, terminará gritando “por que lo mando yo”, porque sabe que no tiene la razón, de tenerla se abriría al diálogo. Son personas que ante los cambios, apuestan a que no funcionan. Las novedades los sacan de su comodidad y se convierten en el “abogado del diablo” de estas. Pondrá todos los medios para que las cosas no resulten y al final dirá “se los dije”.

Cuando lo que está detrás es la soberbia, se encuentran paradigmas como “que me puede enseñar si no estudió lo que yo”; “contigo no se puede hablar”; “tengo mucha más experiencia que tú”. A pesar de que se den cuenta, con hechos y evidencias de que no tienen razón, jamás pedirán una disculpa porque se sale de sus parámetros. Se les ve molestos en las juntas, mientras hablan los que no coinciden con ellos, cuando les toca el turno, comenzarán con “definitivamente”, “no hay vuelta de hoja”, “las cosas son así” etc.

Comunicación, en su forma más primitiva, consiste en “hacer algo en común”, y parece ser que con el dogmático lo único común es decirle “sí” a todo lo que diga7. Y no porque se ceda ante lo razonable, sino porque sabe la inflexibilidad del otro… y por agotamiento.

Recuerdo una reunión social, donde pretendíamos sacar temas variados. Había un doctor que “lo sabía todo”, cuando se pretendía intentar un diálogo, Sacaba como argumentos de autoridad cosas como las siguientes: Si se hablaba sobre la Revolución, nadie sabíamos nada, porque su abuelo le había contado de “viva voz”, Si se tocaban temas sobre la familia, “Los audiovisuales: golpe y castigo” era lo más efectivo”; Si sobre la persona: “habría que entender que había superiores e inferiores” dando a entender que los que estábamos en la reunión, si lo contradecíamos, caíamos en la segunda categoría. La noche fue avanzando y poco a poco comenzamos a hacer otro tipo de corrillos por otros lugares de la casa anfitriona. Al final todos cenando alegremente y el solo en el sillón de la sala con su esposa a la que le comentaba, son unos dogmáticos todos estos.

¿Qué hacer?

Buscar puntos en común, y partir de ellos. Hacerle creer que tu idea es la suya. Si es tu jefe afirma lo que te diga y con cierta humildad añade: ¿no le parecería…? Pero hazlo como si no tuviera importancia, si te dice que no, no pasa nada…en el fondo sabe que por su manera de ser lo engañan.

Cuando te diga “contigo no se puede hablar”, serenidad y humildad y dile, mil perdones, ¿por donde quiere que empecemos? Y aplica “escucha activa”. Pobres a veces no tienen quien los escuche. Si tienes la serenidad, el tiempo y la paciencia para aplicara esta escucha activa, verás que el mismo se irá dándose cuenta de sus errores conforme los vaya platicando.

Si te dice que te hacen falta habilidades de comunicador, aprovecha y que te manden a un curso de Comunicación Efectiva, te dirá que tú lo necesitas, él nunca.

José Luis Castañeda Lerma

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