Oye Jorge, no me entregaste a tiempo los resultados de mermas –comentó por lo bajo Adrián, en la sala de juntas, poco antes de comenzar la reunión de resultados.

No me dijiste que eran para hoy –respondió sobresaltado Jorge.

Comentamos juntos que los íbamos a ver el día de hoy –continuó Adrián.

Ya recuerdo…- Respondió Jorge y después de pensar un minuto- te los dejé en tu escritorio, si quieres voy por ellos

Jorge se dirigió a su oficina, abrió su computadora y terminó el reporte que le pedía Adrián, todo esto lo hizo con mucha celeridad. Imprimió el reporte lo guardo en una carpeta y se dirigió apresuradamente a la sala de juntas.

Aquí lo tienes, estaba en tu oficina en el piso, detrás de tu escritorio – le dijo Jorge a Adrián. Seguramente se te cayó y no te diste cuenta.

Adrián, recordó que poco antes de la junta habían ido los de mantenimiento a cambiarle unos enchufes y que había limpiado su escritorio, porque lo iban a mover y además que recogió del piso una fotografía y no había nada más.

¿Detrás de mi escritorio? ¡Qué raro!. Comentó Adrián.

- Seguramente se le cayó a tu secretaria, porque te lo puse desde ayer, antes de irnos, como a las siete.

Adrián recordó que él se había ido a su casa hasta las ocho y que había permanecido en su oficina prácticamente desde las cuatro. ¿Qué no te fuiste ayer a las cinco a tu reunión de cumpleaños? –preguntó.

No hubo fiesta, contestó tranquilamente Jorge.

Adrián se extrañó, por la mañana le hicieron llegar un correo con una foto adjunta de la fiesta de Jorge.

Al terminar la junta, Adrián le hizo ver a Jorge todas las inconsistencias que había hecho y dicho. A todas, Jorge tuvo un pretexto o un culpable: lo de la fecha, nunca se mencionó, pero como Adrián es tan olvidadizo y como no quería hacerlo sentir mal, le dijo que se acordaba. Lo de atrás de su escritorio, no era exactamente atrás sino al lado. Lo de dejarlo a las siete, seguramente fue en el momento que Adrián fue por su café. Lo de la foto que le enviaron, había sido de su fiesta del domingo anterior.

Trabajar con una persona como Jorge en una empresa es para volverse locos. Nunca tendrá la culpa de nada y encontrará rápidamente a un culpable de que las cosas no hayan salido. Si te descuidas te enredará con comentarios y cosas que no vienen al caso. Siempre estará a la defensiva, sospechando que lo quieres descubrir en sus mentiras.

Una enfermiza actitud de querer quedar siempre bien aún en cosas de poca monta. Y ten cuidado si te enojas, entonces el culpable serás tú por tu carácter que impide hablar contigo.

¿Qué hacer? Primero te digo, que si miente en lo poco, lo hará también con cosas importantes. Si es muy necesario tenerlo, entonces manéjate por escrito, esto es, todo lo importante que quieras tratar con él o ella, escríbeselo; aprende a centrarlo en las conversaciones, para que no termines enredado. Hazte a la idea que para él o ella siempre tendrás mala memoria. Y por último, suavemente comienza a insinuar las ventajas de que vea a un siquiatra.

José Luis Castañeda Lerma

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