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conlictos y persona

 

Es bueno reflexionar que los conflictos se dan solamente entre personas.

Si afirmamos que una manera adecuada de resolverlos es el ganar-ganar y que, para llegar a una negociación, lo primero son manifestar y conocer las necesidades propias y ajenas, es claro, entonces, que solamente se pueden dar entre personas.

La complejidad de la persona misma, cualquiera que esta sea, nos llevan a agravar o resolver los conflictos

¿Qué es lo que hace que un conflicto se agrave?

1. Ego: Y en esto se encierra el querer salirse siempre con lo personal, lo que uno quiere, sin importar lo que el alternante necesite.

Es uno de los factores que con más frecuencia impide resolver un conflicto. Se tiene miedo a ceder en algo, por quedar mal aparentemente. Se cree, en ocasiones, que se pierde poder.

Se deja de ver que al buscar que las necesidades de los demás también queden satisfechas, se gana en autoridad, en prestigio.

Hay ocasiones que, se da uno cuenta, que no se tiene razón. Pero algo en el interior impide que se reconozca: el ego.

Pensar únicamente en que se resuelva lo que uno necesita, es una demostración inequívoca de que los otros no importan, Pero en toda relación, que se precie o valore, se sabe que deben importarnos.

El ego conduce a la soledad, cuando quiero "todo" sin importar los demás, poco a poco se irá descubriendo esta soledad. No obtendrás todo, pero lo que obtengas ¿con quién o quienes lo disfrutarás? Dejarás a tu paso mucha gente resentida.

2. La mentira: cuando se miente conscientemente, con afán de engañar, se sabe que una relación, del tipo que sea, comienza a deteriorarse.

Se miente, por quedar bien. Por cubrir errores. Por aparentar lo que no se es.

Cuando alguien miente, hace molestar a los demás, va contra la inteligencia de quien recibe la mentira, es molesto.

El que miente, vive en el estrés, con miedo a que se descubra el engaño y para evitarlo, tendrá que inventar más mentiras.

En un conflicto, partir de mentiras puede terminar dejando una negociación un tanto estropeada.

3. La subjetividad: estar cerrado a los puntos de vista de los demás y quedarse con "la propia realidad" lleva necesariamente a desacuerdos. La solución de conflictos requiere de apertura, de dejar los lentes de los puntos de vista personales, de saber ponerse en la perspectiva del otro, entender y valorar lo que la otra persona ve.

4. Soberbia: aunque ya se mencionó los problemas del ego, la soberbia es un vicio que sobrevalora la propia excelencia. En un conflicto, hace daño, porque solamente se quiere imponer los puntos de vista de uno. Una persona soberbia, tiende al dogmatismo. Les quita valor a los otros porque los ve inferiores.

Llevar una postura soberbia a una negociación, lo que consigue es desacuerdos y si se sale con la suya, dejará lastimados a los demás.

Es importante que, en la solución de un conflicto, se vaya con humildad, abierto, con actitud de escucha para poder ser verdaderamente objetivos. De ir con la cabeza y el corazón abiertos a las necesidades de los demás, sin perder de vista las necesidades propias; en pocas palabras con empatía y asertividad.

No se puede olvidar, aunque el trasiego diario lleve a hacerlo, que lo más importante de todo son las personas, los colaboradores, la pareja.

Más vale un mal arreglo que un buen pleito, dice el refrán. El segundo siempre será costoso, deja los ánimos abajo y por lo menos a dos personas enojadas.

La aventura de querer ser asertivos en los conflictos lleva a un liderazgo eficaz, brinda paz en lo personal y da una sensación e utilidad.

Por otro lado, las personas conflictivas, que las hay y a lo mejor no se han dado cuenta, sufren de alguna forma de paranoia, donde creen ver a los demás como contendientes siempre.

Por el bien de la empresa y de la persona misma, es importante que todo conflicto se resuelva o que por lo menos se llegue a evitar antes de que se convierta en crisis.

Una vida sin conflictos no existe, pero la actitud personal tiene mucho que ver para que ésta se complique o se arregle.

En ocasiones, habría que pensar en el cariño o amor que se tiene a la otra persona, dimensionar el problema y reconocer que, en ocasiones, el ceder demuestra la madurez y el amor de las personas.

No olvides que sobrevolar un conflicto lo único que puede conseguir es que crezca o demostrar que la otra persona no importa tanto

 

José Luis Castañeda Lerma.