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Líderes en formación de líderes desde 1992

La desgracia del Quijote, puede apoderarse de nosotros, los que, de alguna manera, hacemos cabeza dentro de una empresa.

Sabemos que Don Quijote, de tanto leer libros de caballería, llegó el momento que se “sintió” caballero y decidió recorrer el mundo enfrentando su realidad contra la realidad.

Igual sucede con algunos gerentes, supervisores, jefes de línea o gente que de alguna manera tiene a un grupo para conducir/tanto se asiste a cursos de liderazgo que terminamos por creer que lo somos.

Es bueno recordar, como lo hacemos en nuestros cursos, que al buen líder se le distingue del malo, por la madurez humana que haya alcanzado a lo largo de su vida.

Sorprende trabajar con los diferentes niveles de la empresa y ver lo que opina la gente de un grupo del liderazgo de su jefe y luego compararlo con lo que el jefe opina del mismo, para darse cuenta de la diferencia abismal, que existe en la mayoría de los casos entre lo que el líder se cree y lo que observan sus seguidores.

Liderazgo y metas

Cuando el líder pierde de vista que su función es influir en un grupo de personas para conducirlas a la meta de la empresa y la confunde con sus intereses personales, automáticamente pierde la esencia del liderazgo.

Cuando la influencia es para servir, se convierte en liderazgo auténtico. Si es para dominar se torna en dictadura. El servicio es virtud, se educa, se obtiene pensando en los demás. En la empresa se puede traducir de la siguiente manera: estar al pendiente de mi grupo para que tengan todo lo necesario para que puedan realizar su trabajo de una manera eficaz.

Cuando los intereses personales se anteponen, el servicio deja automáticamente de existir y se convierte en la dictadura a la que desgraciadamente estamos tan acostumbrados. Por supuesto que la influencia positiva deja de existir y se convierte en rechazo al líder y a sus propuestas.

Preguntas para un rato de ocio

(Es preferible hacérnoslas, antes de que nos las haga nuestro jefe).

• ¿Capto las necesidades y carencias laborales de mi grupo?

• Entiendo que el servir a mi grupo , consiste en que éste tenga lo necesario para que puedan realizar un trabajo de una manera eficaz?

• ¿ Comprendo que entre esas necesidades se encuentra el ambiente físico en el que labora mi grupo?

• ¿ Tengo las virtudes necesarias como para influir con mi ejemplo?

• ¿Utilizo a mi grupo como forjadores de “status”?

• ¿ Sirvo o me sirvo de mi grupo?

• ¿ Hay en mi forma de ser actitudes que reprobaría si las viera en mi jefe?

• ¿Mis actitudes ante mi grupo pueden traducirse como: Creo en ti, Te apoyo, Trabajo para ti, deseo que ganes?

Afirmamos que un jefe mediocre genera necesariamente grupos mediocres, esto es muy importante tomarlo en cuenta cuando se clasifica al grupo, no se vaya a estar escupiendo para arriba.

¿No cree que va siendo tiempo de dejar tantas teorías del liderazgo que nos hacen sentir como tales y de ejercer una influencia para servir?

José Luís Castañeda Lerma

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