logoP31

Líderes en formación de líderes desde 1992

Con un poco de honestidad, seguramente podremos aceptar que en más de alguna ocasión hemos «boicoteado» algún proyecto dentro de nuestra empresa.

La palabra «boicot», suena fuerte, pero tiene una gama amplia de acepciones. Por ejemplo, algunas ocasiones no ponemos todo nuestro esfuerzo y empeño para que salgan las cosas. O bien retrasamos las actividades por no estar de acuerdo. O simplemente no llegamos «motivados» lo suficiente para poner esfuerzo.

¿Quienes de nosotros no nos hemos molestado con el jefe ante alguna indicación o reclamo?

Cuando en alguna ocasión nos llaman la atención en público difícilmente alcanzamos a analizar lo que nos están diciendo por la molestia que estamos sintiendo debido al «ridículo» en que nos han puesto.

¿Cuánta gente hemos visto que después de un curso técnico, por el cual la empresa paga, se van sin redituar lo aprendido?, ¿Cuántas veces nos hemos quejado de ese empleado «cerrado»?.

El problema de la empresa no es en ocasiones falta de información, sino falta de formación hacia sus empleados. Desafortunadamente las inversiones que se hacen en las empresas tienden más a la información de su colaboradores que a la formación de los mismos.

Formar es darle las herramientas adecuadas para que descubran que el éxito en la vida y por lo tanto el trabajo, no dependen de la información que nos brinden para llavarlos mejor, sino de las actitudes que se tomen ante estos.

Por no formar a los empleados a veces se confunde la flexibilidad con la estupidez, la lealtad con el venderse, la generosidad y el servicio con el servilismo. Si nadie nos dice que importancia tienen estas actitudes, nos está faltando formación.

Grandes ideas las tenemos todos, acciones adecuadas pocos. Información la tenemos fácilmente la Formación pocos.

Sin ser simplistas, la competencia ha hecho que se reenfoquen las cosas. El empresario que no logra entender que la calidad, que es factor de competencia, no se origina por la elaboración de políticas de calidad, sino que empieza en la estación misma de trabajo con la persona que está detrás del proceso de los productos, es un “hombre al agua”. Los problemas de calidad son en esencia problemas de la concepción que del trabajo tenga el empleado y estos son problemas de formación.

Los ingenieros de tiempos y movimientos se han cansado de preguntarse, por qué fallan sus teorías en la práctica. Se suele planear cuanto tiempo pasa un producto por una línea de trabajo, sin embargo las actitudes de las personas que están detrás de cada movimiento, tienen mucho que ver en los resultados finales. No es cuestión de tiempos y movimientos, es problema de actitudes es problema de formación.

Informar implica cómos, Formar implica «por qués». Lo segundo, da soluciones de fondo, ¿por cual se decide?

José Luis Castañeda Lerma

###BLANK###