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Líderes en formación de líderes desde 1992

Cada actividad o función que ejerce un supervisor o un gerente, está ligada a una serie de habilidades y de actitudes necesarias para que se lleve a cabo.

Hemos dicho, en otras ocasiones, que la función de diagnóstico, está íntimamente relacionada, con la habilidad analítica y con las actitudes de objetividad y humildad.

Diagnosticar, es la primera función que se ejerce ante toda situación. Se requiere la herramienta fundamental de la capacidad de análisis (hay gente que no se entera de lo que sucede a su alrededor). Después analizar su entorno con objetividad, esto es tratando de ver la realidad y por último la actitud humilde de darse cuenta que, en esa búsqueda de la realidad de un problema, no se sabe todo y por tanto se abre a los demás tratando de profundizar en la realidad de lo que sucede.

Así nos podríamos ir con cada función. Sin embargo, en este artículo queremos analizar las actitudes que generan retención en una empresa. Recordemos que la función en la que quedan englobadas es la de la rentabilidad, y que uno de los gastos más fuertes, aunque difícilmente cuantificable es la rotación.

Se puede pensar de una manera simple que las actitudes personales son hechos aislados en el retener a una persona, pero iremos viendo que esto está altamente correlacionado con la forma de ser de quienes hacen cabeza.

Actitudes que generan retención:

Empatía con las personas nuevas y con las que ya están en nuestra área. Recordemos un poco las expectativas que teníamos en nuestro primer día de trabajo en la empresa en que estábamos. Veníamos con la intención de darlo todo, de superación, de entrega, de forjar futuro. Algunos tenemos la experiencia de que estas expectativas se vieron cortada de cuajo, al encontrarnos con la soledad de que nadie nos decía que hacer ni pretendía integrarnos. Empatía “sentir con”, es un hábito que se va adquiriendo y que permite abrirnos a la virtud de la comprensión. Posiblemente nos encontramos en el segundo día con un buen regaño por no haber hecho las cosas como las esperaba nuestro jefe, y no por malicia de parte nuestra, sino porque nadie nos dijo lo que se esperaba de nuestro primer día de trabajo.

Sentir con el empleado: lo que vive, siente, le descontrola, lo que ignora y hacerle saber lo que se espera de él, no es una función delegable en nadie los primeros días de su estancia. Recordar nuestro primer día y evitarle los sentimientos negativos que vivimos es una forma de acogerlo, de enseñarle el valor que tiene la persona para nuestra empresa.

Cortesía: Demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona”. De acuerdo, es difícil mostrar afecto a quien recién se conoce, pero la parte de la atención y el respeto hacia la otra persona no necesariamente implican conocerlo. De acuerdo, también, tenemos mucho trabajo y … Sin embargo, esa atención y respeto que se les muestra a los colaboradores ayuda a que se sientan reconocidos y valorados por sus jefes desde los primeros días. La prisa diaria hace que este hábito de la cortesía, quede relegado, pero esforzarnos por vivirla nos permite demostrarles a nuestros colaboradores que no son una máquina y que sus sentimientos e inquietudes nos conciernen.

Saber escuchar: ¿Cuántas inquietudes surgieron en tu cabeza en tu primer día de trabajo? ¿A quien pudiste hacérselas? ¿Quién se te acercó para darte las indicaciones de ordinaria administración? ¿Fuiste delegado a cualquier otro por tu gerente o supervisor? Escuchar, máxima cualidad para un líder.

Recordemos que los que no saben hacerlo, generan en sus empleados imagen de déspota, de injusto, de dogmático, de insensible, etc.

Justicia: Virtud que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. Ojo no es un trato parejo, es dar de acuerdo a lo que se hace. Te recuerdo el pasaje de uno de los casos que se estudian en nuestros cursos. “Dos personas platicando en los baños: llévatela despacito, si haces las cosas bien, te darán más trabajo y si no llegas, terminará alguien ayudándote” Si de acuerdo es real, pero es injusto.

Las amenazas prematuras en las que se les demuestra a los “nuevos” todo el poder que tienes, lo único que consiguen es que tu autoridad se vea reducida.

Alguien comentó tratando de definir la justicia en alguna ocasión “trato disparejo a rendimientos disparejos”.

Estas cuatro actitudes son un buen inicio para retener a los empleados en una empresa ¿qué tanto las valoran en la tuya?

 

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