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Líderes en formación de líderes desde 1992

Es mediodía, para tu desgracia por ser tan independiente, te encuentras esperando el trabajo de alguien que depende de ti y que necesitas para seguir el tuyo. Pasa el tiempo acordado y vas a preguntar a la persona que debía entregarte lo que necesitas, qué es lo que lo retrasa.

Desconcertado ante tu demanda la persona te contesta: ¡No lo hice!

De acuerdo, se desborda la adrenalina en tu estómago, tu úlcera sufre un revés. Posiblemente estalles y le digas irresponsable. Te han dicho que ante este tipo de situaciones –estar entre la espada y la pared- lo que hay que hacer es buscar solución de inmediato. La buscas y la resuelves ¡qué caray!

Con calma, una vez pasada la crisis estás dispuesto a platicar con tu colaborador. En primera instancia piensas que es un irresponsable o un rebelde. De acuerdo. Tienes razón, hay que tomar el toro por los cuernos.

En la conversación con esa persona le haces ver que es una conducta inadecuada, le comentas las consecuencias que tiene su acción para la empresa y para ti. Cuando le permites hablar te comenta ¡es que no sabía cómo se hace!

Pasa por tu imaginación, entre otras cosas, la sala de capacitación, la entrenadora, los de Recursos Humanos. Estás desconcertado. ¡Si estaba entrenado!

Chocan en tu mente dos posturas diferentes la primera: es malo (irresponsable o rebelde)

La segunda es ignorante (no sabe).

Tú piensas que debía saber, -acuérdate que lo que es obvio para ti, no necesariamente es obvio para los demás- y culparás a los de entrenamiento. Pero recuerda que “somos corresponsables de la formación y entrenamiento de nuestros colaboradores” De no ser así, ¿para que tanto “coaching”, “empowerment”, “delegación efectiva”, “creación de zonas de autonomía” etc.?

Afirman que la mayoría de las personas actúan mal, “más por ignorancia que por malicia” Tu supones que deben saber, pero no te has cerciorado que sea cierto.

Una de las funciones de cualquier persona que haga cabeza es la de instruir, lo repito, y tiene sus ventajas: cerciorarte hasta donde puede quedar la zona de autonomía, saber con quien cuentas para cada función, refuerzas el liderazgo etc.

Sabes mucho, de acuerdo, pero no sabes como enseñar, suele suceder. El principio de ignorancia también puede aplicársete.

¿No crees que deberías estar con nosotros en el próximo curso de instructores?