logoP31

Líderes en formación de líderes desde 1992

La forma en que das órdenes puede marcar la diferencia entre un buen jefe y uno malo. Un mal jefe tiende a imponerse y mandar, creyendo que su autoridad se basa en la obediencia. Sin embargo, este enfoque puede resultar contraproducente, ya que las órdenes suelen ser percibidas como amenazas, lo que puede generar resistencia en lugar de cooperación.

La reacción negativa a una orden se debe en parte a la importancia que el cerebro asigna a la autonomía. Cuando alguien te ordena algo, sientes que se te está privando de la capacidad de elegir, lo que desencadena una respuesta de amenaza en tu mente. Según David Rock, un teórico australiano, nuestro cerebro tiene cinco dominios clave: estatus, certidumbre, autonomía, relación y equidad (conocido como SCARF). Las ordenes a menudo socavan estos dominios, afectando la autonomía, el estatus y la percepción de equidad.

 Aquí tienes algunas sugerencias para dar órdenes de manera efectiva:

  1. Cuida tu lenguaje: Evita hablar de manera agresiva, utilizar un tono elevado o un lenguaje inapropiado. Controla tus emociones y comunica de manera clara y respetuosa.
  2. Construye un "mandato" sólido: Proporciona toda la información necesaria, incluyendo el motivo de la orden. Utiliza un lenguaje en primera persona para asumir la responsabilidad de la decisión.
  3. Define el objetivo de la orden: Explica claramente lo que se debe lograr, siguiendo la regla SMART (específico, medible, alcanzable, relevante y con plazo).
  4. Explica el porqué: Contextualiza la orden y resalta su importancia. Esto ayuda a que la persona comprenda la razón detrás de la orden.
  5. Ofrece apoyo: Muestra disposición para responder a preguntas o preocupaciones, y asegúrate de que la persona entienda completamente la orden.
  6. Confirma el compromiso: Asegúrate de que la persona se comprometa a cumplir la orden y agradece su disposición.

Además, ten en cuenta:

  • Sé directo y ve al grano.
  • No te disculpes a menos que la orden afecte temas personales.
  • No culpes a otros; asume la responsabilidad.
  • Mantén coherencia con tu estilo de comunicación.
  • Evita justificar con "porque lo digo yo" o "porque sí".

Más allá de las órdenes, es esencial cultivar la confianza y la autoridad. Las personas tienden a aceptar órdenes de aquellos a quienes reconocen como líderes legítimos o expertos en la materia. La legitimidad se basa en la confianza y se construye con el tiempo.

Además, es importante definir cómo se toman decisiones en el equipo y cuándo se requieren órdenes. La toma de decisiones no siempre debe recaer en el jefe; puede ser consensuada o delegada según las circunstancias.

Por último, anticipa preguntas sobre el porqué de la orden y explica siempre que sea posible. No vaciles en mantener tu posición, pero escucha a tu equipo, ya que sus puntos de vista pueden ser válidos.

 

José Luis Castañeda Lerma

 

BannerPROMO