Hola, Buenos Días, como siempre estoy donde vayas. Por favor, no me confundas con tu sombra, que desaparece cuando no hay luz, yo no desaparezco, ¿sabes?

En ocasiones te paralizo; otras no te dejo hablar; las más divertidas son cuando hago que tu buenas ideas se pierdan.

Tengo a la sencillez como mi peor enemigo, me opaca, me destruye y me paraliza, pero como en ocasiones te falta esta virtud, sigo haciendo de las mías.

Uno de los efectos más graves es hacerte que en ocasiones te quedes con tus dudas y que no te atrevas a expresarlas, te susurro al oído: no preguntes porque es una tontería. Ya se que preguntar te puede ayudar a crecer, pero eso no me importa.

En otras te evito hasta que te diviertas, te hago sentir importante, serio y evito con esto que disfrutes de la vida de una manera alegre.

¿Ya me ubicas? Te daré más pistas. He evitado que hagas cosas que te salen con espontaneidad y con frescura, te remito a que lo vuelvas a pensar una y otra vez. He de decirte que cuando me olvidan pueden surgir descubrimientos interesantes, algunos en la historia lo han hecho. ¿Te acuerdas de Cristóbal Colón? Se atrevió a decir, a pesar mío, que la tierra era redonda y se lanzó a comprobarlo. Por supuesto que se rieron de él, y no le importó tanto.

Me llamo “tu sentido del ridículo”, ¿me recuerdas? A lo mejor en aquel baile, donde se te movían los pies y las ganas de bailar y te detuve diciendo ¿Qué pensarán los demás de ti? A lo mejor te acuerdas de esas juntas donde pones cara de “todo lo comprendo” y por dentro sientes la angustia de preguntar porque no captas del todo. O cuando tienes ganas de dar tu opinión, y te tapo la boca diciendo que es una tontería lo que vas a opinar. A lo mejor recuerdas a aquella chica o chico a quien querías tratar y que afortunadamente te detuve, por si te decían que no. Nunca sabrás si te iban a decir que sí, pero gracias a mi no te atreviste y te quedarás con la duda ¡pero a lo mejor pasabas un mal rato!

¿Te acuerdas de aquellas clases donde creías tener la respuesta y te impedía darla? La inseguridad y yo vamos de la mano.

Ahora estás en esta empresa y te advierto: más vale que permanezcas callado. No preguntes, no intervengas. Permanece en el montón de personas anónimas. Pasa inadvertido, que gracias a eso he pintado tu vida de gris.

No hagas caso, por favor, a tu naturalidad. Es preferible permanecer en tu ignorancia a que hablen de ti porque manifiestas tus ideas.

Quiero ser sincero contigo, se que basta que te decidas a perderme y seguramente verías la vida de otra manera, con curiosidad, con creatividad, con ganas de aprender. Pero es preferible que te quedes como estás, ¡el anonimato tiene sus ventajas!

Que discutan las ideas de otros, que sean los demás los que muestran su interés por salir de la ignorancia, tu tranquilo, en el montón ahí donde nadie se dará cuenta de que existes y que tienes idea. ¿de acuerdo?.

José Luis Castañeda Lerma

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