Iván, después de dos días de inducción y entusiasmado como toda personas que estrena trabajo, se dirigía motivado a su empresa. ¿Qué cosas pasan por la mente de una persona cuando va a una empresa a laborar por primera vez?

Llegó a su nuevo departamento y esperó indicaciones. La mayor parte de las personas que trabajarían con él, llegaban presurosas a su centro de trabajo y se ponían de inmediato a hacer lo suyo. Iván seguía esperando. Le fue presentado quien sería su jefe, las primeras palabras que oyó fueron: “trabaja junto a Hilda, aprende como se hacen las cosas durante este día y recuerda que una cosa es lo que te dicen en la inducción y otra la que se hace en nuestro departamento”.

Conforme pasaba su primer día, Hilda le iba diciendo como se hacían las cosas, le permitió intervenir en el proceso y se equivocó en varias ocasiones “Son errores de novato” le decía. Hacia el final del día se acercó el supervisor y le comentó a Hilda que había habido errores en el proceso, a lo que contestó de inmediato: “es que estoy enseñando al nuevo y esos errores son parte de su novatez; en tres días se lo tengo listo.

Iván, cansado por su falta de actividad y estresado por el comentario de Hilda, salió un tanto desmotivado. Se cuestionó si regresaría al día siguiente o no.

• Pedro se enfrenta a su primera entrevista de evaluación en su empresa, está por cumplir sus primeros 28 días. “Mira Pedro, le dice su jefe, has tenido 26 días para aprender el proceso, sin embargo, sigo viendo que hay partes de las que te toca hacer que no cumplen con los requisitos de calidad”.

Pedro se quedó callado un momento y dijo “He puesto mi mejor esfuerzo para aprender y este aprendizaje ha sido a base de observación; no he tenido un entrenamiento formal…” se vio interrumpido por su jefe: “Quiero que sepas que yo valoro a la gente por su disposición, y no te he visto con ella para aprender como se hacen las cosas”.

Pedro, con cierta firmeza “Mi disposición no la puede medir, y además nadie me ha enseñado a hacer las cosas, ya se que hay ayudas visuales y procedimientos, pero nadie me ha enseñado formalmente”

El jefe un tanto contrariado afirma “Para eso está la inducción” –Pedro contestó de inmediato- “Sí y me enseñaron la historia de la empresa, sus valores, el reglamento, cómo cobrar y me dijeron que los detalles específicos me los enseñarían en el lugar mismo de trabajo”.

Pues en mi área yo determino por el entusiasmo y los medios que ponen los nuevos para evaluarlos y siento que tú no los has puesto. “¿Qué es entonces lo que tengo que hacer? –Preguntó Pedro- “Pues ábrete a al aprendizaje en esta segunda oportunidad, no quiero más rechazos ¿te queda claro?

En ocasiones en las empresas el entrenamiento se convierte en auto entrenamiento, con todas las consecuencias que puede traer esto a la rentabilidad de la empresa. No se tiene tiempo para un entrenamiento formal; va quedando en tierra de nadie y el aprendiz, a pesar de poner su mejor esfuerzo, va jugando al acierto-error.

En ocasiones evaluamos el desempeño de una persona y no tomamos en cuenta lo que se ha hecho o dejado de hacer para que ese “desempeño” sea el óptimo. No es que el personal nuevo quiera hacer mal las cosas, “las cosas salen mal porque no saben como hacerla en la mayoría de las ocasiones”

Pedimos personal y una vez que lo tenemos no valoramos esa disposición natural que se tiene ante la novedad de un nuevo empleo. Algunos se van, los que se quedan le costarán a la empresa si no aprenden las cosas bien y se acostumbran a hacerlas a su manera.

Afirmamos, con firmeza, que el enseñar es función de todos en la empresa. Estamos de acuerdo que hay un departamento de “Entrenamiento” pero ¿se tienen a personas con el objetivo claro que lo suyo es que el alumno aprenda y no solamente enseñar? ¿Qué lo suyo es hacer rentables a las personas que se contrata, por medio de métodos incisivos y adecuados? ¿Se sabe como funciona la mentalidad del adulto?

Habría que preguntarse también, los jefes, ¿se ocupan de reforzar y evaluar lo que se les enseña a los “nuevos”? ¿Qué métodos y procedimientos de enseñanza y evaluación conocen?

Hay empresas que han logrado entender que la enseñanza en la empresa es parte de la rentabilidad y que nadie es ajeno. No solo envían a su gente de capacitación a los cursos de “Entrenando entrenadores” sino también a sus supervisores y jefes. ¿Y la suya?

¿Cuánto le cuesta a tu empresa un empleado mal entrenado?

Próximo boletín “Quiero, pero no puedo ” El desgarre interior.

Jose Luis Castañeda Lerma