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Líderes en formación de líderes desde 1992

La afición por fumar los juntó. Jaime y Carlos se encontraron en el comedor al aire libre de la planta. El primero le pidió un cigarro a Carlos y sin más se sentó en la misma mesa.

Jaime, ingeniero Jr. Recién contratado se sintió en la obligación de sacar conversación.

-¿Cuánto tiempo llevas en la empresa? Preguntó Jaime

- Casi tres semanas ¿y tú?

- Esta es mi segunda semana –contestó Jaime

Hubo un minuto de silencio, ambos mirando hacia el horizonte.

- Y ¿Cómo te va? ¿Estás a gusto? Preguntó Carlos

- Creo que sí –contestó Jaime, después de una pausa notoria y continuó:

- En realidad, son dos semanas en las que prácticamente no he hecho nada y sé que hay mucho trabajo…

- Yo llevó más y me siento igual que tú. Recibí el curso de inducción y me dijeron que sería en la línea donde recibiría las instrucciones específicas y lo único que me han dado son ayudas visuales y procedimientos para que los estudie. Me asignaron un guardián –como le llaman en la empresa- para que estuviera conmigo practicando, pero se la lleva en juntas y yo sigo igual. –Contestó Carlos

- En ocasiones me siento inútil y sé que puedo aportar, pero no me hacen caso, porque soy el nuevo- Fue la respuesta de Jaime. ¿No te aburres?

- De hecho me quiero ir, la inutilidad que sientes tú, la siento yo también. Te aseguro que si me salgo un rato de la planta ni siquiera lo van a notar. Lo único que seguramente preguntaría alguno sería ¿has visto al nuevo?

Instruir función de todos

Una parte de la rotación que se da en las empresas, es por el factor instrucción.

Cuando una persona recién contratada se anexa a un equipo, entra al ritmo que lleva el grupo, y en ocasiones se descuida su adaptación por la inercia del mismo equipo. Una persona nueva requiere enseñanza e integración al grupo. En ocasiones esa inercia del equipo, hace que se olviden de las personas nuevas, con el consiguiente gasto para la empresa.

Los errores que comete una persona recién integrada, se darán más por ignorancia que por malicia. Esto es que las equivocaciones surgirán porque nadie le ha enseñado a hacer las cosas bien.

Normalmente una persona cuando se incorpora a un nuevo lugar de trabajo, siente ilusión, va motivado y con ganas de hacer las cosas bien. En ocasiones esa motivación se disminuye en la medida en que se le tome poco en cuenta o bien que no se le definan las funciones que debe realizar.

Afirmamos que Enseñar o Instruir es función de todos en la empresa y que es un factor que influyen en la rentabilidad de la misma: Un jefe no pude dar por hecho que quienes entran a su equipo estén preparados para hacer las cosas bien desde el comienzo.

Un jefe debe saber instruir y evaluar a quienes se incorporan, la inducción jamás sustituye lo que una persona debe aprender en el lugar mismo del trabajo. Saber instruir es rentable.

Afirmamos que las personas, al entrar a un trabajo, están naturalmente motivadas y con ganas de aportar. La motivación se irá apagando si no encuentran su sentido de ser útiles, porque nadie los enseña.

--o--

Una semana después Enrique, el supervisor de Carlos, preguntaba por la línea ¿Dónde está Carlos?, Jaime que venía de presentar su renuncia, lo oyó y con una sonrisa le contestó: “Hace tres días que se fue”.

 

José Luis Castañeda Lerma

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