logoP31

Líderes en formación de líderes desde 1992

¡Oh vacaciones que permiten la tranquilidad de poder ver un buen programa de televisión!

Durante estos días, ya con la soledad de los hijos dormidos, pude apreciar un programa de televisión que me llamó poderosamente la atención: es sobre la cacería del ñu.
 

El ñu, en términos coloquiales es un antílope medio pariente del toro, esto es, se le parece en la forma y en los cuernos. Lo que tienen de particular estos animales es que, como muchos otros, están en vías de extinción y hay todo un programa para su cuidado.
 

Para clasificarlos y poderles seguir la pista, se hace una especie de cacería, en la cual los vaqueros son sustituidos por helicópteros que en la inmensidad de la sabana africana, comienzan a volar por encima de las manadas para atraparlas en un corral que está formado por paredes de ¡tela!, esto evita que se lastimen en su estampida.
 

Las paredes de tela tienen un efecto psicológico en los ñus, ya que al verlas se frenan instintivamente.
 

Los helicópteros descubrieron una manada de ñus y los fueron llevando hacia el corral de tela que sostenían algunos del grupo y los encerraban con otras paredes del mismo material hasta que los tenían prácticamente dominados. Al fondo del corral de telas, había un camión hacia el que fueron llevando a los ñus. De repente se dan cuenta que no caben todos y que quedan quince por subir, van rápidamente por otro camión que tenían cerca.
 

Estos quince tuvieron la oportunidad de observar con mayor profundidad las paredes y de repente un osado ñu ¡la enfrenta! Y al darse cuenta de lo frágil que es, la salta. Por imitación el resto de la manda le pierde el miedo a la cerca de tela y terminan por escaparse.
 

Se pone uno a reflexionar, o a proyectarse quizá. ¡Cuántas veces los obstáculos que parecen insalvables en nuestras vidas son una tontería! Lo que se aprende del ñu es ese vencimiento de sus temores, arriesgando aparentemente todo.
 

Habemos algunos, a los que no nos gusta arriesgar, quizá terminemos como los ñus que atraparon y quizá también lamentándonos de nuestra inmovilidad. Hay otros a los que les gusta arriesgar un poco más y con cierta osadía vencen sus miedos para darse cuenta que los obstáculos solamente estaban en su imaginación y terminan corriendo aventuras nuevas llenos de libertad.
 

Esto me recuerda lo que afirma Charles Handy en su clasificación de los errores:

"Hay dos tipos de errores, el error de tipo uno es no equivocarse, el error del tipo dos es no acertar".

No nos engañemos. Parece que es lo mismo, pero la diferencia es enorme. Para no equivocarse es suficiente no hacer nada, no actuar. Cuando no se actúa, no se comete ningún tipo de error, hay ejecutivos de muchas de nuestras empresas que permanecen quietos, que no dan ideas ni se arriesgan con las propias, son lo que prefieren no equivocarse.

 

Direcciones generales que ante las situaciones críticas prefieren permanecer impávidas, silenciosas, a la expectativa, sin riesgos de ningún tipo, con planes guardados. Seguramente conforme pase el tiempo se darán cuenta de que no se han equivocado, pero tampoco habrán hecho nada. Estarán llenos de omisiones con las cuales les costará mucho trabajo el volver a andar.
 

El error que Handy maneja como tipo dos: no acertar, implica correr riesgos, implica corregir cuando sea necesario. Recordemos que acertar es lograr objetivos y que para lograrlos se debe correr algún tipo de riesgos y que algunos de ellos nos llevarán a no acertar. Se debe, también, considerar que para conseguir algo se debe emprender la marcha hacia ello, con riesgos que siempre los habrá. Quien} no se arriesga a emprender la marcha, se arriesga también a no conseguir nada, a perder las metas y a desviarse de los objetivos.
 

Este segundo tipo de error requiere de audacia, requiere de decisiones y por supuesto de riesgos, pero recordemos que quien hace lo que siempre hace, obtiene lo que siempre obtiene o menos.
 

En nuestra experiencia con las empresas nos encontramos con compañías y con personas que prefieren no arriesgar (error tipo uno) que esperan a que pase la crisis y que sin embrago se encontrarán todavía con ella por las omisiones que están cometiendo, por la falta de audacia en los mandos directivos.
 

Hay otras y otros que arriesgan y que al abandonar la crisis estarán mucho más cerca de sus objetivos, con algunos errores, pero dinámicos...igual que los ñus que lograron escapar. ¿Qué tipo de error cometes con más frecuencia? ¿y tu empresa?

 

José Luis Castañeda Lerma

###BLANK###