logoP31

Líderes en formación de líderes desde 1992

Lo veía que se acercaba; lo estaba mirando directamente a los ojos. Daniel sentía que comenzaba a sudar. La distancia era cada vez menor.

Viéndolo fijamente el instructor preguntó a Daniel: ¿me expliqué? Sabía que tenía que responder, pero desde que intuyó que se dirigiría a él, se había “cerrado”; con voz apenas audible, Daniel dijo: Usted se explicó muy bien, pero yo no lo entendí.

Frecuentemente, usamos el “yo ya les dije” y sí, seguramente lo hicimos, el problema es ¿y qué nos entendieron? Hay ocasiones que asistimos a una junta en la que se nos dan determinadas indicaciones, sin embargo la incidencia de lo que se dice no es igual para todo el que asiste.

Sabemos que en ocasiones no es tanto lo que se dice, sino el cómo se dice; olvidamos el principio de que todo en nosotros comunica. En ocasiones se comunica más por lenguaje no verbal que por lo que decimos. Hay veces que el lenguaje factual –lenguaje de los hechos- es mucho más importante que toda una junta por preparada que se tenga.

Se afirma que en la comunicación presencial, lo que se dice –las palabras- tienen una repercusión en el que oye de apenas un siete por ciento. El tono de voz –modulación, volumen, rapidez- inciden un treinta y ocho por ciento y el cuerpo –postura, expresión facial y manual- tienen un cincuenta y cinco por ciento.

Si de verdad se quiere mejorar en comunicación, se debería tomar muy en cuenta nuestro lenguaje corporal y tono de voz. Sin embargo somos poco conscientes de lo que decimos con nuestro cuerpo, nos centramos más en lo que vamos a decir que en la manera en que lo transmitimos. Grave error.

El lenguaje factual, tiene también una gran importancia. No nos damos cuenta que nos observan y que nuestras actitudes se reflejan inconscientemente a cada momento y en cada situación. El lenguaje de los hechos, es lo que comunico con mi hacer diario,- sin juntas, reuniones o comentarios- . Es en pocas palabras “caminar lo que decimos”.

Una regla para la mejoría del lenguaje factual, por ejemplo, es la siguiente:Cuando no puedas ser congruente, explica por qué. Habrá ocasiones que pidamos que se actúe de alguna manera específica, por ejemplo: ser puntual, cuidar gastos, ser más productivo etc. Si por alguna razón, no se puede “vivir” eso que se pide, hay que explicar el motivo. Esto ayudará a que no se pierda la importancia a lo que se dice a pesar de que haya una razón por la que no se pueda actuar como se pide.

Una de las más grandes interferencias en la comunicación y que produce mucho ruido es el que nos pidan hacer cualquier cosa y que el que lo pide no lo haga, esto genera ruido.

La comunicación intrapersonal, esa que mantenemos con nosotros mismos, está también muy descuidada. Poco comunicamos de manera formal con uno mismo. Hay demasiadas distracciones y estímulos externos; aunada a esto, poca formalidad para hacerlo. Quizá ésta sea una razón por la que traemos algunos desórdenes en nuestras vidas y querámoslo o no se manifiesta en nuestra comunicación con los demás. Por ejemplo: es probable que al estar leyendo este boletín, estés pensando en personas a las que les vendría bien todo lo que está escrito ¿Y a ti? ¿Es tu comunicación verdaderamente eficaz? ¿Logras lo que quieres cuando te comunicas? ¿te das cuenta de la importancia de lo que no dices?.

Jose Luis Castañeda Lerma

###BLANK###