logoP31

Líderes en formación de líderes desde 1992

A veces sucede, al hablar de la Responsabilidad, que se relaciona a ésta con alguien a quien culpar. Se es experto en encontrar culpables. Cuando no se es feliz, es por culpa de alguien, nunca de uno mismo, cuando se es abandonado, también. Cuando no se consigue lo que se quiere, seguramente es culpa de algún otro etc. etc.

Se afirma que: el más grande de los descubrimientos de nuestra generación, es que, el ser humano puede alterar su vida, alterando sus actitudes mentales, pero el alterar o cambiar lo anterior, es difícil, es comprometedor, es incómodo, requiere respuesta de lo que se hace.

A final de cuentas la acepción más fácil de responsabilidad es la habilidad para responder.

Surgen las siguientes preguntas: ¿responder a quién? y ¿responder de qué? y lo más interesante ¿cómo responder?.

Respondiendo de que.

Se responde cuando se es dueño de sus juicios y de sus decisiones libres y cuando estos actos se sujetan a una norma desde la que se debe ser juzgado.

La formación de los juicios requiere preparación, experiencia, conocimiento, no se es responsable, en un sentido ético, cuando se es ignorante ya que esta ignorancia limita la libertad que se requiere para serlo, a menos que se le pueda achacar al sujeto el no querer salir de esa ignorancia.

Por lo anterior se desprende que la adquisición de la Responsabilidad es gradual, un infante no tiene su juicio bien fundamentado: es más lo que desconoce que lo que conoce, ya que apenas comienza a abrirse a la vida paulatina y lentamente.

Sin embargo en esta infancia , aparecen los formadores del juicio y de la experiencia que son los Padres, que como educadores primarios deberán ir quitando obstáculos de acuerdo a la madurez de sus hijos. En la empresa es aplicable también el criterio anterior. Si bien todos los empleados tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones, cada uno manifiesta una madurez distinta que le ubica dentro de la zona de autonomía que se van forjando ellos mismos. Cabe aclarar que no vale el principio de Tabula Rasa, esto es formar en masa, con los mismos criterios, pues al hablar de madurez , ésta se da de diferente modo en las diferentes personas.

Estos Obstáculos que se deben ir quitando pueden ser internos y externos:

Internos: Ignorancia

Malicia

Debilidad o inconstancia

Deseo desordenado del placer

Externos: Influjos ambientales nocivos

Es responsabilidad del Líder descubrir en el camino los obstáculos anteriores e irlos quitando uno a uno.

Conforme se van presentando estos obstáculos, el líder debe ir formando un juicio recto en los demás, de acuerdo a una cierta normatividad, con esta formación el empleado va creciendo y adaptándose a una libertad que a mayor asimilación de la formación mayor autonomía se le deberá ir dando.

La ausencia de coacción, o el ejercicio de la libertad, hace que los actos que se realicen impliquen o requieran una respuesta, sin embargo el hombre no solo será responsable de estas acciones sino también de sus consecuencias.

Se responde de las propias elecciones que deberán estar basadas en valores, que también requieren formación, en lugar de fundamentarse en condiciones que se apoyan esencialmente en sentimientos.

Se responde en los diferentes ámbitos en los que se correlaciona el ser humano, en la familia, en el trabajo, en la sociedad y por supuesto con nosotros mismos.

En la familia se responde por los hijos y ante los compromisos propios de la convivencia como pareja. Como se afirmaba anteriormente, en la familia la responsabilidad es mayor conforme es menor la edad de los hijos hasta que se les deja volar, recuerde, que no son de su propiedad. Con la pareja: con los deberes de esposo y esposa, económicos, conyugales, de fidelidad, etc.

En el trabajo, respetando el vínculo contractual que se tiene con la empresa, dando lo mejor de sí, con puntualidad, con creatividad, con iniciativa. Conociendo los derechos y obligaciones y ejercitando ambos con prestigio profesional.

En la sociedad cumpliendo con la normativa propia de la convivencia social, como patriotas, como ciudadanos, etc.

Ante Dios, para los creyentes, tomando en cuenta que se tiene un fin último y que cada uno de los actos que realizamos nos acerca o aleja de este fin.

RESPONDIENDO A QUIEN

Se responde de los actos a los sujetos hacia quienes se dirigen esas acciones o hacia quienes puedan afectar las consecuencias de éstas.

Ante los hijos, por ejemplo, dándoles la educación y el ejemplo propios de padres de familia, Brindándoles la formación y la información adecuada a su edad para que en un momento ellos puedan ser lo más libre posible, para que puedan ejercer serena y alegremente sus propias responsabilidades. Quitándoles, ayudados gradualmente por ellos, los obstáculos de los que se hablaba con anterioridad.

Como profesionista que realiza un trabajo, remunerado, se responde ante la empresa de todo lo que se relaciona entre ella y cada uno de los empleados. Viviendo el hoy y ahora, haciendo el trabajo con perfección y constancia. Este saber responder de los propios actos redunda en beneficio personal, pues al actuar de esta manera, hace que, - si la empresa es justa -, los resultados económicos se reviertan hacia los empleados mismos.

Ante sí : uno, si es sincero consigo mismo, conoce las consecuencias de sus propios actos y cuando se ha recibido la formación adecuada, que paz y que tranquilidad brinda el saber que se ha actuado con rectitud de intención

COMO RESPONDER

La respuesta de la que venimos hablando, excluye el cinismo: se habla de un responder consecuente, con rectitud de intención, con la preocupación del que se sabe formador, del que se sabe formante.

Se ha ido pasando del simple responder como primera acepción de la responsabilidad a un «asumir consecuencias de sus actos intencionados o no , de tal modo que los demás salgan beneficiados o, por lo menos, no perjudicados; preocupándose a la vez que las otras personas en las que puede influir, hagan lo mismo», como afirma David Isaacs.

Actividades para crecer en la virtud de la responsabilidad:

No pierda tiempo buscando culpables: cuando se comete un error, analice como resolverlo y evite el culpar a los demás o culparse Ud. Si la responsabilidad fue suya acéptela. Si cometió algún error asúmalo. Aprenda de los errores.

Corrija lo que sea necesario corregir oportunamente. No basta aceptar el error una vez que se descubre, se deben buscar soluciones y ¡rápido!.

Analice el alcance y las consecuencias de los acciones que pretenda realizar. Vea quienes pueden ser afectados y de que manera, sopese lo que puede suceder y actúe. Recuerde: solo puede haber responsabilidad si hay acción, se debe evitar el dejar de actuar por una aparente responsabilidad.

Sea Proactivo.

José Luís Castañeda Lerma

###BLANK###