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Líderes en formación de líderes desde 1992

Me comentaba Alex “Fíjate que llevo como dos meses que me siento raro”, hay que aclarar antes de seguir que Alex se caracteriza por un estado de humor excelente, por una capacidad de trabajo fuera de norma y por un cariño a su familia demostrable con hechos.

 

“Se me han estado viniendo a la memoria una buena cantidad de recuerdos, de mi infancia y mi adolescencia y me he encontrado llorando en el auto, sin ningún motivo aparente. Hay ocasione que prefiero quedarme en el trabajo que irme a la casa, y tu sabes lo que me gustaba estar con mis hijos y con mi mujer”

 

Recuerdo las reuniones de sobremesa en casa de Alex, donde sus hijos y mujer participaban contando las peripecias cotidianas.

 

“En ocasiones llego a la empresa y me cuesta trabajo el comenzar a realizar mis deberes, como si estuviera continuamente desconcentrado. Siento además que mi capacidad de trabajo ha bajado, el otro día por poco me descubren ¡dormido!”

 

Me llamó la atención su sinceridad y que comentara estas actitudes laborales. Continué escuchando con mucho interés.

 

“Te acordarás que en alguna ocasión te comentaba que no me costaba el levantarme en el momento que sonaba el despertador y ahora lo apago y me dan ganas de quedarme dormido todo el día”

 

Le pregunté si había sucedido algún hecho extraordinario en su familia o algo parecido y me dijo que lo único que le preocupaba era que su esposa con más frecuencia le preguntaba si le pasaba algo.

 

“Me he vuelto un tanto irascible y mis hijos me lo han dicho, y aunque trato de evitarlo, hay ocasiones que me descubro gritando o molesto, pero esto se comienza a notar también en mi trabajo, un colaborador se acercó y me lo comentó, pero añadió que me veía muy indeciso en momentos claves. Me doy cuenta y trato de corregir las cosas pero como que me falla la voluntad”.

 

Al oír todo esto le comenté que estaba pasando por una de las enfermedades clásicas de nuestra era: la depresión.

 

Esta enfermedad se presenta con más frecuencia y lo peor de todo es que al final puede llevar a la persona a un sentimiento de inutilidad y de pérdida del sentido de la vida. Algunos afirman que alrededor del 20% de la población la está padeciendo y que ni siquiera se da cuenta.

 

La depresión es un enfermedad en donde la química del organismo no está funcionando adecuadamente, concretamente la serotonina. Es un mal físico que hay que atender como cualquier otra enfermedad. No es cuestión de “echarle ganas”, ayuda, sino de acudir a un médico y permitir que se ayude.

 

Si te has sentido un poco como Alex, te recomiendo pasar por la página www.respuestasaladepresion.com, en donde puedes encontrar todo lo relacionado a esta enfermedad. Recuerda no es cuestión de echarle ganas, sería como pedirle a alguien con fiebre que se ponga a jugar fútbol, primero hay que curar el origen de la fiebre y luego hacer los deportes que quieras.

José Luís Castañeda Lerma

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