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Líderes en formación de líderes desde 1992

Una de las características que se nos achacan a los mexicanos es nuestra gran creatividad. Hay cantidad de artículos que se dedican a escribir lo que un mexicano puede hacer con un alambre. También nos caracterizan como soñadores y sí que lo somos.

Quizá por las circunstancias políticas y sociales por las que hemos atravesado, la creatividad sea una de nuestros principales puntos de destaque. Somos soñadores y eso es muy bueno, tenemos soluciones prácticas para todo tipo de situaciones ... pero, desafortunadamente pocas veces esas soluciones se vuelven acción, le faltan músculos a nuestros sueños.

Jaime Balmes afirmaba que el eje de la personalidad estaba fundamentado en tres cosas: Ideas frías y objetivas (cabeza de hielo), determinación (corazón de fuego), y acción (brazos de hierro). Hacer que las ideas se conviertan en acción es lo que nos cuesta.

Tenemos soluciones para casi todo, hasta para nuestra situación económica, pero siempre surge el «que alguien haga algo», porque ponerlas en práctica requiere de determinación y mucha acción y ahí si que no estamos dispuestos a hacer nada.

En nuestro trabajo de consultoría nos encontramos con cantidad de empresarios que saben lo que se tiene que hacer y que se convierten en teóricos del cambio. Teóricos, porque la parte de acción que les corresponde poner, requiere de musculatura que no están dispuestos a ejercitar. Lo que hay que hacer se hace sin más. La determinación, que es el paso previo a la acción, se ve nublada por sentimentalismos y pretextos que lo único que ocultan es la falta de musculatura que se requiere para que esas grandes ideas se lleven a la práctica.

Nos encontramos también agendas llenas de propósitos, sueños, que se quedaran grabadas para la posteridad.

Cuando se pregunta por los ideales, cualquier persona después de un poco de tiempo, responde abundantemente. Cuando se pregunta por los logros las respuestas escasean.

Escribir propósitos es un gran paso, pues ponen en blanco y negro nuestras aspiraciones, sin embargo a veces solo son tranquilizantes de conciencia.

Lo que se requiere en la actualidad es dejar esa actitud teórica y ponerse realmente a trabajar e ir por aquello que queremos con constancia y perseverancia.

La musculatura física requiere de un «poco a poco». Ningún instructor de gimnasio promete que habrá el cambio deseado de un día para otro. Todo es cuestión de paciencia. Igualmente sucede con nuestros sueños o ideales, requieren de trabajo constante y diario, con pequeñas metas que nos acerquen a lo que queremos, pero con trabajo diario.

Afirma un refrán que «el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones», lo que quiere decir que miles de personas han tenido esas intenciones que de llevarlas a cabo hubieran tenido una vida más lograda, pero que por alguna “razón” u otra, no llegaron a cuajarse.

La constancia y la perseverancia son los «instrumentos» que poco a poco le darán musculatura o logro a aquello que soñamos. Desafortunadamente poco se les conoce. Entonces ¿a seguir soñando?, ¡cuidado!, no vaya a ser que despertemos donde nunca nos lo habíamos imaginado.


José Luís Castañeda Lerma

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