En los seminarios de comunicación, los estudiantes se quedan sorprendidos cuando se habla de la comunicación intrapersonal y de la factual.
La primera ya será tema de otro escrito, la segunda nos ocupará en este boletín.
Factual viene del latín facto, que significa hecho. La comunicación factual se podría considerar como el lenguaje de los hechos. El caminar lo que dices en el que tanto insisten los americanos.
Puede ser una de las formas de comunicación más importantes tanto en la empresa como en cualquier ámbito en el que nos movamos. Es inconsciente, pero es impactante.
Nuestro accionar dice, muchas veces, más de lo que creemos. Puede ser incluso que en ocasiones la forma de actuar y nuestro discurso sean totalmente opuestos. En ocasiones lo que hacemos habitualmente comunica mucho más de lo que decimos, por muy elocuentes que seamos. Se afirma que para conocer a una persona te dice más lo que hace que aquello que te dice.
Un padre de familia, se prepara una cuba enfrente de su hijo y le dice “me cuesta trabajo dejar de beber, soy ya grande. Tú que eres joven, por favor, ni siquiera comiences a hacerlo”. Desafortunadamente el “has como digo, no como hago” no es muy creíble. Si con cierta consistencia se dice una cosa y se hace otra, lo más probable es que los colaboradores seguirán tus “acciones”.
Es seguro que en ocasiones no podremos seguir nuestros propios consejo, quizá porque se tenga nueva información, o porque se cambie flexiblemente nuestra forma de pensar o quizá porque se nos olvide, pero cuando esto se convierte en un hábito, seguramente que nuestras indicaciones estarán perdiendo consistencia.
Recomendamos lo siguiente:
Sigue las reglas. Tendrás problemas si crees que hay un conjunto de reglas para ti y otro diferente para tus colaboradores. Si insistes en lealtad, no hables mal de tu empresa ni de las personas que laboran en ella. Si hablas del servicio, pon cuidado a las necesidades de tu equipo y resuelve sus carencias. Si hablas de “ponerse la camiseta” será porque tu mismo ya la traes puesta.
Si tu empresa tiene definidos valores para vivir dentro de la misma, entonces haz tus decisiones basadas en esos valores, deben ser para ti la brújula o faro que te guíen.
Si dices, por ejemplo que valoras la creatividad, no pospongas las decisiones ni las ideas que te aporten.
Considera las decisiones previas antes de tomar otras
Cuando no puedas llevar a cabo lo que has dicho, da explicaciones del por qué de los cambios. Recuerda que la sinceridad es la llave a la solución de todos los problemas.
Si predicas los valores de tu empresa y en tu accionar los contradices, es razonable que los colaboradores lo hagan igual.
En fin, recuerda que el lenguaje factual hace crecer tu influencia rápidamente y por ende tu liderazgo
José Luis Castañeda Lerma
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