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Líderes en formación de líderes desde 1992

Seguramente habrás oído esta canción navideña. Afortunadamente siguen prevaleciendo en nuestro país los “villancicos”, pero “The twelve days  of Christmas”, que nadie se ha atrevido a traducir al español, no tiene pierde. No te preocupes, no la traduciré, solo me sirve el título. Mañana catorce, estaremos a 12 días de Navidad y te comparto lo que platicábamos un amigo y yo.

Recorriendo centros comerciales de USA, observamos que cada día son más los anuncios navideños que solo se concretan en desearnos “Felices Fiestas”. Primero en plural -suponemos que es la navidad y año nuevo- y luego general. Claro está que la palabra fiesta se relaciona con ¡consumo! ¡Bien por los mercadólogos!

El festejo o remembranza religiosa del nacimiento de Cristo, va quedando rezagado cada vez más. Así que entre recuerdo y recuerdo de nuestras navidades infantiles, en las que con el canto de las letanías y posadas –mismas que nos recordaban la historia de lo que festejábamos- nos pasamos un buen rato, de repente le surgió una idea que en lo particular me gustó y que pienso adoptar a partir de hoy y hasta el veinticinco de diciembre: ¡Los doce días de Navidad!

Solo quiero recordarte que en la canción se acumula todo lo de los días anteriores

En el primer día de Navidad, estaré al pendiente de mi pareja, sonreiré y trataré de tener algún detalle con ella.

En el segundo día de Navidad, llegaré con el pastel o postre que más le guste a mi familia

En el tercer día de Navidad, platicaré con ese colaborador al que me cuesta trabajo tratar

En el cuarto día de Navidad, cederé gustosamente a las preferencias de los demás

En el quinto día de Navidad, preguntaré a cada uno de mis hijos como le fue en el día

En el sexto día de Navidad, ayudaré con más ahínco –si cabe- y con alegría en las labores de la casa

En el séptimo día de Navidad, pondré un buen villancico que les guste a la familia y pondré atención a su letra (Si no tienes te envío un par, solicítalo al correo electrónico o en contáctanos)

En el octavo día de Navidad, le llevaré un detalle o me interesaré por esas personas que hacen la limpieza en mi empresa

En el noveno día de Navidad, buscaré a alguien y le ayudaré con su trabajo

En el décimo día de Navidad, procuraré llevar un regalo a alguien que tiene menos que yo

En el onceavo día de Navidad, preguntaré a la familia que se festeja, si la respuesta no es la adecuada, no me preocuparé, pero les leeré pausadamente el capítulo dos del Evangelio de San Lucas para recordárselo y recordármelo. Además estaré al pendiente de los demás durante la cena para que tengan todo lo que necesitan para pasársela bien, me olvidaré un poco de mi mismo y procuraré estar alegre.

En el doceavo día de Navidad, recordaré estos días y lo que dijo el festejado: “No he venido a ser servido, sino a Servir”. Veré mi regalo y sea lo que sea lo festejaré …y si hay que levantarse para ir a comprar baterías o pilas para algún juguete…pues también. Y con gusto asistiré a la Iglesia a celebrar al Festejado. ¡Verás que buena Navidad!

Esto es un ejemplo de la preparación para la Navidad, por supuesto que cada quién puede poner lo suyo, pero recuerda que deben ser cosas en las que los demás salgan beneficiados.

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