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Líderes en formación de líderes desde 1992

Me contaba una persona, con cierta molestia que se encontraba insatisfecho de muchas de las cosas que hacía con regularidad. La misma insatisfacción le causaba molestias.

Recordé que en cierta ocasión alguien me comentó que las personas insatisfechas son personas altamente motivadas y se lo comenté de inmediato y de manera automática. Tuvimos que razonar un poco lo que había afirmado con tanta celeridad y a continuación lo transcribo.

1. La satisfacción genera conformismo: cuando una persona, al comer se encuentra satisfecha y le presentan los mejores postres de la vida termina por dejarlos, su misma satisfacción le impide el poder saborearlos. En la vida sucede igual, cuando estoy satisfecho con lo que obtengo poco hago por obtener otras cosas. Si estoy satisfecho con mi trabajo en ocasiones solo defiendo esa satisfacción y dejo de ser creativo para crecer en la empresa. En el matrimonio cuando se está satisfecho se deja de lado la mejora personal y la mejora de la pareja para consolidarlo, y esto puede terminar en un pseudo aburrimiento. En la educación de los hijos, la satisfacción termina por hacerlos conformistas, al igual que uno.

2. La insatisfacción genera tensión vital: suelen decir en España, un refrán un tanto profundo: “Es más listo que el hambre”, el hambre es uno de los factores que generan mayor insatisfacción, es una necesidad primaria, cuando se padece por la razón que sea de alguna manera brota la creatividad para eliminarla. La insatisfacción en general genera acción para resolverla, genera creatividad y produce una tensión vital que se traduce en verdadera motivación.

Con mi amigo en esa plática terminamos sentándonos los dos y haciendo un ejercicio que nos ayudó mucho ¡peligro! –se requiere pensar un poco-: En una hoja tamaño carta pusimos como título: “Estoy insatisfecho con…” y comenzamos a apuntar todo lo que se nos ocurría ¡y se nos ocurrieron muchas cosas!; algunas de ellas no estaba en nuestras manos hacer nada, como la recesión, el dólar, la forma de ser de los demás, el pésimo carácter de nuestro jefe o la ausencia de liderazgo de los gobernantes, todas esas se descartaron casi al cien por ciento. El paso siguiente fue preguntarnos y apuntar por qué estábamos insatisfechos de cada uno de los aspectos que habían surgido y surgieron asuntos más concretos.

El ejercicio terminó cuando nos pusimos a pensar que se debía hacer para lograr satisfacción en cada renglón de lo que habíamos visto y surgieron actitudes que cambiar, negocios que repensar, formas diferentes de hacer el trabajo, trato diferente con cada una de las personas que forman nuestro entorno, detalles con la familia, cambios en la forma de exigirnos para nuestra mejora personal etc.

Todo ha quedado escrito en un papel, cada quien el suyo, con un plan de vida personal que posiblemente le de un nuevo rumbo a nuestras vidas. Y digo posiblemente porque motivaciones ya las encontramos, pero viene lo más difícil: hacerlas vida. 

Pasará el tiempo y volveremos a hacer el ejercicio, ahí veremos el avance o el retroceso. Solo requirió un buen rato de sentarse y de pensar…quizá de esto también estemos satisfechos. Falta el seguimiento, pero no podremos decir que alguna vez tuvimos un parón en nuestras vidas que ayudaron a darle nuevos bríos y nuevos motivos para salir de lo rutinario.

Es muy fácil: toma una hoja del tamaño que quieras, escribe de título estoy insatisfecho con… y apunta todas las ideas que se te vengan a la mente, luego pregúntate por que y trata de ponerle solución a todo aquello que está en tus manos resolver. ¡Te sorprenderás con los resultados!

José Luis Castañeda Lerma